Novatos con pasión e improvisación sobre las arenas

COMPETICIÓN - RAIDS

Dos amigos y ganas de aventuras en el desierto

Dos amigos, un Mercedes-Benz Clase G y cientos de kilómetros de rally por Marruecos. Siendo novatos acaban segundos, pero… ¿cómo lo han hecho? Descubre la historia del equipo ULYSES con nosotros.


Hemos hablado con Antonio Bueno, copiloto y encargado de navegación del equipo ULYSES , quien ha vivido una gran aventura en el desierto junto con su amigo Joan Rubio (de Grúas Rubió Pubill) los protagonistas de una historia apasionante. La primera pregunta para Antonio, uno de los empleados del TruckStore de Barcelona de Mercedes-Benz, no puede ser otra que: ¿cómo se os ha ocurrido apuntaros como novatos a esta competición?

Todo empezó en 2005, Antonio junto a varios amigos y a bordo de varios coches, hacían rutas por Marruecos, eran recorridos de ‘turismo’ para conocer nuevos lugares. Tras 10 años han pensado que necesitaban algo más, las rutas estaban bien pero ya les parecían un poco aburridas.

 

Buscando nuevos retos.

¿Qué podemos hacer? Le preguntó Antonio a Joan, amigo y piloto con experiencia en rutas por Marruecos, y a los mandos del Mercedes-Benz Clase G. La respuesta estaba más cerca de lo que pensaban, la Sin Fronteras Challenge, un raid de 5 etapas a través de dunas, caminos empedrados, acantilados y mucho más.

Web oficial de Sin Fronteras Challenge

Un gran desafío al que se han enfrentado estos dos novatos y su Clase G, lo han hecho solos y sin conocimiento previo de gran parte del recorrido. Antonio y Joan se han apuntado a la categoría T2 de vehículos de serie y solo han modificado los amortiguadores del Clase G, porque de resto -afirman- es una máquina perfecta.

 



Un recorrido lleno de dificultades.

Al no contar con cronos debían asumir el rally con una estrategia muy bien definida. Nada más empezar se enfrentan a las primeras dificultades: unas 10 horas a bordo del coche, caminos realmente exigentes y la rotura de uno de los amortiguadores. Pero que, con empeño, reparan para poder continuar.

Una de las anécdotas del primer día fue la imagen imponente del Clase G atravesando una pista de esquí de categoría negra sin inmutarse, “su motor V8 gasolina le permite ir como la seda” afirma Antonio. Tras el primer día les quedó claro que nada sería fácil, que si querían acabar el rally debían esforzarse, y mucho.

Al segundo día, más dificultades. Una etapa a través de dunas interminables y otro amortiguador que dice basta, la dirección no responde y ante la dificultad de repararla sobre la arena deciden completar la etapa “en línea recta”. Otra imagen que quedaría en el recuerdo de la organización y los rivales.

Tras dos días con averías y condiciones más que adversas, Joan y Antonio habían logrado llegar a meta dentro del tiempo máximo establecido. El tercer día parecía que sería más tranquilo porque conocían el recorrido, pero -en palabras de Antonio- fue “la peor etapa” que hicieron en el raid.



¿Abandonar? Nunca.

En la cuarta etapa decidieron tomar un atajo pero no les salió bien, acabaron atascados en la arena y, al ser un camino alterno “no pasaba nadie”. Con este panorama, Antonio y Joan se enfrentaron de nuevo a las vicisitudes de este tipo de raids y, a punta de pala, lograron sacar a todo un Clase G con sus 3.000 kilos de peso, continuar y acabar la etapa.

Pero Antonio confiesa que en ese momento en el que estaban en la arena pensaron en abandonar, el rally les estaba pasando factura en el aspecto físico y también en el mental. Roturas en las dos primeras etapas y ahora esto. Sin embargo, sacaron la fuerza necesaria para seguir adelante y sobreponerse.

El cuarto día fue el más tranquilo de todos, unos 200 kms. de dunas que completaron sin problema y que les permitió afrontar de mejor manera la recta final de la competición. El último día disfrutarían de las llanuras de Marruecos con un Clase G que iba realmente bien, superando incluso a vehículos modificados.

Pero lo que no cuesta no merece la pena y a 2 kilómetros del final en el penúltimo Way Point, Joan y Antonio se perdieron. Pero esto no era nada para ellos y su Clase G, así que decidieron emprender camino hacia la meta campo a través, por donde ningún vehículo se atrevía a rodar. Y cruzaron la meta sorprendiendo a todos, incluso a ellos mismos.



Tantas anécdotas como kilómetros.

Innumerables anécdotas las de Joan, Antonio y su Clase G, pero las que más recuerdan son los comentarios de la organización y rivales que afirmaban que hasta parecían un poco chulos con su G atravesando dunas en línea recta o afrontando una pista de esquí de categoría negra. Con todo, el elemento común ha sido la confianza entre compañeros y el vehículo.

También recuerdan que ponían en duda que acabaran el recorrido al ser dos novatos de cierta edad, sin mucha idea del recorrido y con un coche de serie. Por otra parte, algo que les motivó mucho fue el apoyo de un equipo portugués, que abandonaron pero le siguieron la pista al equipo ULYSES aportando consejos.



¿Y ahora qué?

Antonio y Joan han encontrado en Sin Fronteras Challenge ese paso que querían dar para divertirse más a bordo del Clase G, para superarse y dar más de sí mismos. Han sido noticia por lo que han logrado teniendo en cuenta su condición de novatos.

El equipo ULYSES sigue en activo para este 2016, tomarán la salida en la Survival 4x4 en Zaragoza el próximo mes de mayo, un recorrido menos exigente que el de Marruecos. Todo esto mientras deciden si participan en la edición 2016 de Sin Fronteras Challenge.

Una historia de superación y convicción, que demuestra que cuando quieres lograr algo no hay obstáculos que lo impidan. Además, contaron con un gran vehículo, como afirma Antonio: “Cualquier otro coche se hubiese roto de haber hecho nuestra ruta”.

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