Marcos Fernández transporta troncos de árboles con su Actros

Reportaje

«Atención, árbol va!»

Marcos Fernández trabaja codo con codo con sus compañeros rodeado de eucaliptos: el trabajo en medio de la naturaleza es peligroso y requiere la máxima concentración.


«Cuando escucho el sonido de un árbol que cae, algo se mueve dentro de mí. Es un sonido primitivo y ancestral.»

– Marcos Fernández, conductor de un Actros en Forestales


Sobrado dos Monxes, Galicia, 9 de la mañana. Un equipo de cinco trabajadores forestales trabaja bajo un cielo encapotado. El aire huele a eucalipto. Pronto habrá suficientes troncos para llenar la plataforma de carga del Actros de Marcos Fernández. Marcos observa con admiración a los hombres, que realizan su trabajo con habilidad y profesionalidad: «Es impresionante la facilidad con la que Rafael maneja la motosierra para talar árboles que pueden llegar a medir hasta 30 metros de alto y pesar dos toneladas». «Cuando escucho el sonido de un árbol que cae, algo se mueve dentro de mí. Es un sonido primitivo y ancestral», dice.



Trabajar en la naturaleza.

El equipo de trabajo está muy concentrado. José Antonio está ocupado con la máquina para trabajar la madera: elimina las ramas y cortezas y corta los enormes troncos de eucalipto con asombrosa velocidad. Aunque ya ha observado estos procesos en innumerables ocasiones, nunca dejan de asombrarle: «Necesito más tiempo para cortar un pan en rebanadas». Marcos corre hasta su camión. Ya queda poco, los troncos de los árboles ya están listos para que José Luis los cargue en el camión con el autocargador.

Marcos salta a la plataforma para dar las instrucciones necesarias y asegurarse de que el peso se distribuye correctamente. No tiene miedo a las enormes pinzas que se balancean a su lado cargadas con madera. «Aquí, una buena colaboración es esencial. Quizás sea debido al trabajo al aire libre que trabajamos tan bien, relajados y concentrados», añade.



El recurso más importante de Galicia.

Marcos, de 29 años, tiene ocho años de experiencia en el transporte de troncos. Procede de Toques, un pequeño municipio coruñés. Es consciente de la gran importancia de los bosques gallegos: «Además de la pesca, la silvicultura es nuestro recurso natural más importante», explica. De acuerdo con los datos del Instituto Gallego de Estadística, el procesamiento de madera representa el 50 por ciento del volumen de empleo industrial en una cuarta parte de los municipios gallegos. Los bosques de eucalipto ocupan, con diferencia, la mayor parte de la superficie forestal de Galicia. Este también es el tipo de madera que más vende Explotaciones Forestales Souto Carrillo, la empresa para la que trabaja Marcos.

Con movimientos precisos, Marcos lanza la primera correa para asegurar la carga. Los troncos deben asegurarse correctamente con elementos de anclaje y sujeción adecuados. También es necesario controlar la tensión previa y, en caso necesario, reajustar la tensión con una llave. «Una vez en la carretera, no debe haber ningún percance», comenta.

Marcos está convencido de que el uso y la explotación sostenida de los recursos naturales favorece la limpieza de los bosques y reduce el riesgo de incendios. También señala la necesidad de una correcta reforestación, indispensable para reducir las emisiones de CO2.



Exigente topografía.

A continuación, su compañero José Manuel carga el camión. Cuando ambos vehículos están listos, los conductores se despiden de sus compañeros en el bosque y conducen con 26 toneladas de madera cada uno hasta la terminal ferroviaria de Lugo. Desde allí, cada semana parten siete trenes hacia Portugal, seis de ellos cargados con troncos de eucalipto.

En la carretera, Marcos respeta la distancia de seguridad prescrita con el camión precedente de su compañero José Manuel. La topografía de Galicia es muy difícil: las numerosas pendientes son un desafío importante incluso para los conductores más experimentados. Pero Marcos se siente seguro al volante de su Actros 1845.



Solo 70 kilómetros separan Sobrado dos Monxes de la estación de carga de Lugo. Marcos disfruta del paisaje durante el trayecto: bosques y plantas siempre verdes, durante todo el año.

En la terminal de carga hay mucha actividad. Después del pesaje, Marcos conduce hacia el centro de la fila de vagones de carga, los vagones delanteros ya están llenos. De nuevo, enormes pinzas de madera se encargan de levantar los troncos de su plataforma de carga y apilarlos en el vagón.

Marcos observa el proceso con una expresión de satisfacción en su rostro. Antes de que finalice su jornada, hará otros dos viajes a Sobrado dos Monxes para recoger más troncos.


Después del pesaje, Marcos conduce hasta los vagones de carga en el centro de la fila, los vagones delanteros ya están llenos.


Fotos y vídeo: Begona Tremps

1 comentario