Miguel Ángel Rodríguez reparte gasóleo de calefacción en Madrid con su Antos 1830
ENTREVISTA
La vida de Miguel Ángel Rodríguez, nuestro protagonista de hoy, ha transcurrido siempre en la zona noroeste de Madrid, a caballo entre los municipios de Galapagar y Collado Villalba. A sus 46 años, y a los mandos de un Mercedes-Benz Antos 1830, comparte con nosotros su pasión por los camiones y una vida entera íntimamente ligada al mundo del transporte.
Miguel Ángel Rodríguez (centro), junto a varios de sus compañeros conductores en 'Reques e Hijos'.
De mecánico a camionero.
Hijo de padre tractorista, este madrileño comenzó con apenas 16 años a labrarse un futuro laboral como mecánico. Dos años después, con experiencia y tras obtener el permiso B de conducir, se introdujo de lleno en el mundo del transporte poniéndose ya en su primer trabajo a los mandos de una grúa de carretera de asistencia. Su paso por el taller fue clave para descubrir su pasión por los coches y, más aún, por los camiones: “Siempre me han gustado, sobre todo, por el ruido que hacían”.
Con el tiempo, Miguel Ángel fue consiguiendo todos los permisos -excepto el de motos- y amplió su carrera en empresas de materiales de construcción y en compañías, como RACE, con dedicación principal en la asistencia en carretera.
En la actualidad, y durante los últimos 20 años, ha trabajado como conductor de camiones cisterna en ‘Reques e Hijos’, empresa distribuidora de gasóleo de calefacción en la sierra de Madrid desde 1981, y que de un tiempo a esta parte ha incluido servicios de mantenimiento en hogar, electricidad y gas, entre otros. A día de hoy, forma parte de un equipo de 25 conductores, residentes en su mayoría en localidades de la sierra madrileña como El Escorial o Alpedrete.
El ambiente con sus compañeros y el hecho de conocer prácticamente a todos los clientes son dos de las cosas que más le gustan y más valora de su día a día con el camión, con el cuál puede llegar a realizar entre 60.000 y 70.000 kilómetros al año en la provincia de Madrid.
Un Antos a prueba de bombas.
Miguel Ángel se muestra realmente encantado con el Antos 1830 que le facilitó la empresa y que conduce en la actualidad, destacando de él por encima de todo su freno motor: “Da igual que vayas cargado o vacío, funciona muy bien y frena que es una gloria”. Además, destaca la suavidad en la conducción, “muy sensible al cambio de marchas”; y la información que se muestra en el cuadro de mandos, “desde la presión de neumáticos, hasta los mantenimientos, información de tacógrafo, cuánto tiempo llevas conduciendo, el consumo instantáneo… Puedes ver fácilmente muchas cosas en la pantalla, y es súper sencillo de manejar”.
En lo que se refiere a la parte interior de la cabina, no ha incluido ningún elemento de decoración ni nada por el estilo ya que, según explica, “tenemos que llevar una impresora con PDA para poder hacer factura en el momento al cliente, y el hecho de llevar cosas en la luna lo veo peligroso. No es algo que me guste mucho”.
Miguel Ángel posa orgulloso con su Antos 1830, en las oficinas de 'Reques e Hijos' en el polígono P-29 de Villalba.
Freno motor, suavidad de conducción y la información que muestra son los tres aspectos que más destaca de su camión.
Sprinter 516 CDI utilizada también en ‘Reques e Hijos’ para repartos en zonas de difícil acceso.
La importancia de las nuevas tecnologías.
Un día normal en la vida de Miguel Ángel comienza en la central. “Cargamos el camión, nos asignan una ruta y unos clientes con horarios aproximados, y salimos a repartir. A mediodía volvemos para recargar, aprovechamos para comer y después salimos de nuevo para hacer la ruta de la tarde”. Pero no todo es tan fácil como parece, ya que este trabajo depende en gran medida de las condiciones climatológicas, siendo los meses de diciembre, enero y parte de febrero los que más actividad acumulan. “En invierno no te da tiempo casi ni a tomar un café, mientras que ahora en verano es más tranquilo y aprovechamos para coger vacaciones porque luego no hay manera”.
En el call center de ‘Reques e Hijos’ atienden las llamadas de particulares y empresas, pero también reciben cada vez más pedidos vía WhatsApp o a través de su aplicación móvil ‘Reques’, manifestando así su gran adaptación a los nuevos entornos de movilidad y comunicación. “Cuando nuestras compañeras cogen el pedido, quedan con el cliente en hacer la entrega en un horario y suelen darse normalmente dos horas. A nosotros nos envían la ruta y la ubicación, y nos encargamos de dar el servicio”. Los horarios y el número de pedidos también varían entre semana, donde “hay más pedidos por la tarde, y quienes piden por la mañana suelen ser empresas, comunidades, algún particular jubilado, alguien que libra o que tiene horario diferente”; mientras que, en fin de semana, el reparto es más enrevesado.
Aplicación móvil ‘Reques’, con las que se puede realizar pedidos en cualquier momento.
Formación constante, clave.
Poco a poco van a apareciendo nuevas generaciones de conductores, y según nos cuenta Miguel Ángel “siempre les digo que traten de aprender de los viejos. Yo llevo muchos años en este sector, pero nunca dejo de aprender. Para mí, la formación continua es una máxima”.
Y es que hace ya algún tiempo, tanto él como sus compañeros tuvieron la oportunidad de experimentar diferentes pruebas de conducción gracias a la Truck Training de Mercedes-Benz Trucks: con y sin ABS, con y sin ASR, situaciones de frenada en lluvia… “Estuvo muy bien porque ves cómo reacciona el camión en circunstancias extremas y así puedes estar preparado para cuando ocurra. Son formaciones que nos vienen muy bien a todos, especialmente a los jóvenes. Creo que falta formación e información, y estas formaciones se deberían retomar”.
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