Ingo Graul transporta helicópteros por Europa con un Actros 1848

Reportaje

Mejor que volar.

Clientes exigentes, cargas valiosas y encargos apremiantes: con su Actros con semirremolque especial, Ingo Graul transporta helicópteros de todos los tamaños como, por ejemplo, un EC225 Super Puma.


El calor empaña la vista en el asfalto cercano. En el antiguo aeropuerto de Kassel-Calden se ultiman los preparativos para la puesta en marcha de un helicóptero Airbus. Sin embargo, el helicóptero no se elevará un solo metro en el aire para este trayecto. Ingo Graul y su Actros 1848 plateado lo hacen posible.

Este conductor de 53 años se ocupa desde hace casi dos de la lanzadera para helicópteros de Airglaze Aviation. El Actros tira de una plataforma baja especial que no solo se puede alargar, sino también ensanchar. Con este equipamiento, el camión de Ingo puede cargar helicópteros de las construcciones y los tamaños más variados. Porque no solo los propios helicópteros son caros: también lo es cada una de sus horas de vuelo. «Para las citas periódicas como las de mantenimiento o servicio, a menudo es más barato no volar el aparato, sino llevarlo a su destino por tierra», explica Ingo.



Antes, Ingo transportaba barcos.

Una argolla de amarre: 5.000 euros. Una chapa protectora: 12.000 euros. Un sensor: 20.000 euros. Cuando Ingo Graul enumera lo que se puede estropear durante el transporte de helicópteros y lo caro que saldría, entran escalofríos. «Solo hace falta tener un poco más de cuidado y todo va bien», afirma Ingo.

Natural de Bremen, está bien familiarizado con las cargas valiosas. Anteriormente se dedicó durante años al transporte de yates, lo que le hizo conocer muy bien lo que son las cargas valiosas y los clientes exigentes.



«Los procesos de carga y descarga son especialmente delicados. Antes se necesitaba una grúa», señala Ingo. «Para adaptarse a los semirremolques convencionales, en el EC225, por ejemplo, se tenía que desmontar el tren de aterrizaje». En la lanzadera para helicópteros, estos se pueden deslizar.

«Esto nos libera de los largos alquileres de grúas. Así somos más rápidos y flexibles», afirma Ingo. Esto es importante en las llamadas operaciones de aeronave en tierra, ya que los helicópteros parados deben volver a estar listos para el vuelo lo antes posible. «Si para un helicóptero de salvamento aéreo tenemos que pedir una grúa en el lugar de recogida, esto cuesta mucho dinero. Además, también se trata de vidas humanas.» 



Tecnología sofisticada.

Ingo coloca el camión y el semirremolque en el terreno asfaltado situado delante del hangar. Un poco hacia adelante, un poco hacia atrás, para que la marca viaria amarilla quede perfectamente centrada bajo el conjunto.

«Esto nos sirve de orientación cuando desplazamos el helicóptero hacia arriba», explica Ingo. A continuación sube a la cabina para fijar los frenos del eje trasero en la parte posterior del semirremolque.

Luego regresa a los mandos. Una suave pisada del acelerador… y el Actros estira el semirremolque extensible una longitud de cinco metros.



El jefe carga en persona.

Una vez soltadas las líneas hidráulicas y neumáticas es posible desacoplar la parte posterior del semirremolque. Ingo coloca al lado la cabeza tractora y comienza con la preparación de las rampas y las ampliaciones. No ha sobrado ni un minuto: desde el otro extremo de la explanada se aproxima un gran vehículo blanco.

«Hoy conduce el jefe en persona», señala Ingo. Su jefe se llama Graham Clarkson, que ahora desciende del empujador. Desde el primer paso, Clarkson permanece al mando. Bajo las indicaciones de Ingo y de su colega Marcel Lohse, el escocés maniobra el EC225 sobre la plataforma baja. 



Desde hace poco circulan dos lanzaderas para helicópteros.

Para amarrar el Super Puma al semirremolque le ayuda su colega Marcel Lohse. Desde hace seis semanas, el joven de 29 años se sienta al volante de la segunda lanzadera para helicópteros.

Este mecánico de aeronaves también se dedicó anteriormente al transporte de barcos. «La demanda de transportes en helicóptero es extremadamente alta»; así explica el jefe Graham Clarkson la adquisición del segundo camión.

«Cuando tuvimos la idea de la lanzadera, ya recibimos los primeros encargos incluso antes de que el semirremolque estuviera construido. Y ya circulamos con el segundo». La lanzadera ha transportado ya cerca de 90 helicópteros.



Un Super Puma para Shanghái.

Son las 19:00 h. Tras un par de horas de descanso la cosa se pone en marcha. Los ocupantes de los vehículos de apoyo BF-4 y BF-3 comentan la situación. La ruta comienza recorriendo unos 30 kilómetros por la carretera nacional 7 desde el aeropuerto de Kassel-Calden. «Aquí tenemos que girar a la inglesa. De lo contrario no nos arreglaremos», comenta Ingo y señala un cruce de puente. «Esto significa acceder a la carretera por la salida y por el carril contrario». Poco antes de las 20:00 horas, todos están listos y la caravana echa a rodar. Ingo tiene por delante cerca de 430 kilómetros. Su destino: el puerto de ultramar en Bremerhaven. Desde allí, el viaje continúa dos días más tarde, pero de nuevo no será volando, sino en un carguero rumbo a Shanghái (China). Que llegue allí sano y salvo ya estará en otras manos.


Fotos: Sebastian Vollmert
Vídeo: Martin Schneider-Lau

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