Ágil: el Arocs con eje adicional detrás del eje propulsor de José Manuel

Vehículo y tecnología

Curvas con elegancia.

José Manuel Sanz conduce el primer Arocs hormigonera 8×4 de España con eje adicional detrás del eje propulsor con dirección y elevable.


José Manuel echa un vistazo al manómetro del sistema hidráulico: indica 150 bares. Se gira inmediatamente hacia el técnico y le hace señales con la mano. Este vuelve a añadir 80 litros de agua a la mezcla de hormigón. Cuando finaliza el proceso de carga, el manómetro muestra 100 bares. José coge el tubo flexible de agua y limpia el canal de desagüe y el camión. «¡Listo para salir!», dice.


El eje adicional detrás del eje propulsor dirigido facilita enormemente las maniobras.
El eje adicional detrás del eje propulsor dirigido facilita enormemente las maniobras.
José controla la descarga directamente desde la cabina.
José controla la descarga directamente desde la cabina.

Ágil gracias al eje adicional detrás del eje propulsor con dirección.

Al arrancar, José está pletórico: «¡Es un placer conducir este Arocs! Tengo que hacer muchas menos maniobras. Y eso no es todo». El último eje del Arocs 3248 es un eje adicional detrás del eje propulsor con dirección y elevable que reduce considerablemente el diámetro de giro. Hoy transporta hormigón para la colocación de cables subterráneos cerca de Sevilla, a 23 kilómetros de la sede de la empresa. Lleva siete metros cúbicos de carga.

Se requiere concentración absoluta.

Por la carretera, José conduce despacio, especialmente en curvas e intersecciones. «El transporte de hormigón es un desafío», dice. Se trata de un material perecedero, debe entregarse en 90 minutos. «Además, el hormigón necesita estar en constante movimiento. De eso se ocupan las palas del interior del mezclador» explica.



Los giros son un juego de niños.

Para llegar al lugar de las obras, José Manuel debe girar por una zona muy estrecha. «Con este camión, ¡es un juego de niños!», dice contento, señalando por el espejo retrovisor las ruedas giradas del eje trasero.

Coloca el camión junto a una zanja y abre el conducto de salida. Tras la señal de uno de los trabajadores, acciona una palanca en la cabina: el hormigón comienza a fluir a través del canal de salida y cae en la zanja, donde los trabajadores lo distribuyen con palas y rastrillos.

José detiene el flujo de hormigón varias veces y deja que el camión ruede unos metros hacia adelante. La zanja, de 40 metros de largo y uno de profundidad, debe quedar totalmente cubierta. «No debe suponer riesgo alguno para los peatones», dice José Manuel.



Tras la descarga, elimina los restos de hormigón del conducto de salida y lo vuelve a cerrar. Se despide de los obreros, seguramente volverán a verse en los próximos días en otro trabajos de construcción.

Ahora, para el trayecto de vuelta sin carga, puede levantar el eje adicional detrás del eje propulsor. «Así se produce menos desgaste en los frenos y en los neumáticos, y el consumo de combustible del camión es también mucho menor», dice José y sonríe de nuevo. «Todos los días, algún que otro compañero me pregunta qué tal me va con el camión. Yo siempre respondo lo mismo: ¡de maravilla!»


José trabaja para Áridos y Hormigones Cantillana desde hace diez años.
José trabaja para Áridos y Hormigones Cantillana desde hace diez años.

Fotos y vídeo: Begoña Tremps

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