141 toneladas: Thomas Wunderle transporta la fachada de un edificio completa

Reportaje

Una fachada vuelve a casa.

Cuando hay que trasladar fachadas y edificios enteros, se requieren los servicios de profesionales como JaKo Baudenkmalpflege y Max Wild. Y especialistas en cargas pesadas como el Actros 4163. Al volante: Thomas Wunderle.


La pieza cuelga de dos camiones grúa como si fuera el telón de un teatro: 21 metros de longitud, unos cinco metros de altura y casi un metro de anchura. A pesar de su tamaño, parece algo más bien anodino, pero en realidad es un fragmento de la fisonomía urbana de Hamburgo: se trata de la fachada de un edificio de finales del siglo XIX. Hace más de un año, la empresa JaKo Baudenkmalpflege dividió la fachada completa por pisos y la separó del resto del edificio. A continuación, se almacenó en un polígono industrial en un total de siete piezas. Ahora toca hacer el transporte de regreso. Para los trabajos de transporte y demolición, JaKo apuesta por el know-how de la empresa Max Wild. Imprescindible: Thomas Wunderle y su Actros hasta 250 toneladas.



A la espera de la autorización del recorrido.

Con fuertes martillazos, Thomas introduce un pasador de seguridad en la construcción de acero que sujeta la pieza de la fachada en su posición. Unos 20 empleados de JaKo y Max Wild trabajan a marchas forzadas para poder salir a tiempo cuando se autorice el recorrido. Previamente, un perito comprueba la anchura, la longitud y la altura del conjunto, además del número de ejes y del peso correspondiente. 141 toneladas, 4,80 metros de anchura, 4,40 metros de altura, 32 metros de longitud.



141 toneladas se ponen en movimiento.

Son las 22:00 h. Llega por radio la luz verde. Thomas mira el retrovisor derecho y levanta el pie del freno. Lentamente, los 19 ejes se ponen en movimiento, y para acceder a la carretera solo se puede atravesar el portón de la zona de almacén marcha atrás. Gracias a los ejes traseros de dirección forzada, la plataforma baja maniobra increíblemente bien. El destino está a siete kilómetros de distancia, en el centro de Hamburgo. Thomas conoce bien el trayecto. «Para nosotros es importante tenerlo todo en cuenta por anticipado y estar preparados para cualquier cosa que pueda pasar». Uno de los aspectos prioritarios son sin duda los puentes: si el transporte va a circular por encima de ellos, deben ser capaces de soportar el nada desdeñable peso. Si la carretera pasa bajo puentes, su altura debe ser adecuada. Con unas habilidosas maniobras de desvío, Thomas evita hoy tres de estos obstáculos al mismo tiempo.

Sin embargo, el puente Kennedy sobre el río Alster es imposible de eludir. Y en el cruce que hay justo detrás comienza la parte más difícil: el destino está al final de un callejón sin salida. Por tanto, el transporte solo puede acercarse a la obra marcha atrás. Los agentes de policía bloquean brevemente el cruce. El colega de Thomas va caminando detrás del transporte y le hace indicaciones. El conductor mantiene la calma incluso en este tramo: «Aquí todavía es relativamente fácil, no hay pendientes ni curvas», comenta. Cinco minutos después, la pieza de fachada n.º 1 ha llegado a su destino.



La descarga se hace al día siguiente.

Concretamente, al mediodía. El trabajo de Thomas todavía no ha acabado. Ha pasado la noche en el Actros. El conductor lleva ya tres años al volante del 4163 y está entusiasmado: «Sobre todo el turboembrague-retardador es auténticamente genial. Antes tenía que hacer todo el trabajo de maniobras con el embrague normal. Entonces siempre tenía uno miedo de que la carga se quedara inmediatamente parada». Después de 20 años de experiencia en el ámbito de los transportes pesados y ocho años en la empresa Max Wild, este profesional sabe bien de lo que habla. Aún recuerda su primer trabajo con el Actros. «Tuve que conducir directamente a una obra extremadamente estrecha. Solo había unos centímetros de margen por todos los lados. Hubo que hacer un montón de maniobras adelante y atrás, pero el turboembrague-retardador hizo un trabajo realmente inmejorable. Entonces el sistema me convenció totalmente».

El turboembrague-retardador también está siendo de gran ayuda para Thomas en este trabajo. Levanta el pie del freno y deja que el transporte ruede hacia atrás los últimos metros. A partir de entonces, ya no debe conducir, sino solo supervisar.



De vuelta en su sitio.

El equipo de JaKo Baudenkmalpflege sujeta las guindalezas con enormes grilletes a la pieza de la fachada. Thomas blande el martillo: los pasadores de seguridad se deben sacar de nuevo. El mediodía ya ha dado paso a la tarde-noche. A la luz de los faros de la grúa, la pieza de la fachada se yergue en lo alto. En el frontal del nuevo edificio, la pieza de más de un siglo de antigüedad se coloca en su posición y se pega. Y mientras vuelve despacio a su sitio de costumbre, Thomas ya va pensando en el segundo piso... cuya fachada le toca recoger a él ahora.


Traslado.

Se entiende por traslado el cambio de sitio de una parte de un edificio o de un edificio completo.

A menudo, se trata de casas muy antiguas o cuya conservación es importante. Los elementos se aseguran, se embalan y se separan en lugares adecuados.

En este caso, la fachada al completo se ha desarmado por plantas en elementos transportables, el resto del edificio se ha demolido y sustituido por uno nuevo.

Después del montaje, los puntos de separación ya no son visibles.


Arrancar.

Al arrancar, el embrague en seco está abierto. La transmisión de fuerza se realiza a través de una rueda de la bomba y una rueda de turbina del embrague hidráulico lleno de aceite en el árbol de entrada del cambio. Así, el proceso de puesta en marcha se realiza sin desgaste. La cantidad de aceite es regulable en continuo, variando así el par.

 


Conducción.

Una vez que el vehículo se ha puesto en marcha, el embrague de fricción se cierra y transmite el par. El embrague hidráulico se vacía. Se produce una cadena cinemática puramente mecánica con un gran rendimiento. En modo de maniobra, el aceite se llena entre los rotores con álabes sin accionamiento del pedal acelerador y se genera propulsión. Así, el camión puede posicionarse de forma controlada solo con el pedal de freno.


Frenos.

Como retardador primario, el sistema utiliza las desmultiplicaciones del cambio, así hay un gran par de frenado disponible incluso a baja velocidad de marcha. Al conectar el retardador, la rueda de turbina se fija a la carcasa con el freno de la rueda de turbina. El aceite circula entre ambos rotores con álabes y genera un par de frenado en la rueda de la bomba. El par de frenado se transmite al vehículo a través del embrague de fricción y el cambio.


Fotos: Christoph Börries

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