Alberto Cano suministra materiales de obra con su Arocs 3246

Reportage

¡Silencio, se construye!

Máxima concentración: una jornada con Alberto Cano en su Arocs 3246 de cuatro ejes con grúa autocargante.


Hoy el viento fresco y seco del cierzo se pasea a sus anchas por Zaragoza.

«Gracias a él tenemos este fantástico cielo azul despejado», explica Alberto Cano sin levantar la vista de la carretera.

Alberto sabe que conducir un camión cuatro ejes requiere de la máxima concentración: máxime en las curvas.

«El Arocs 3246 tiene una excelente maniobrabilidad, pero nunca hay que bajar la guardia», asegura.



Ladrillos, tubos y vigas para viviendas unifamiliares.

Cuando llega a Miralbueno -distrito municipal en el oeste zaragozano- se dirige a la obra asignada: en una explanada vallada se lleva a cabo la construcción de varias viviendas unifamiliares.

Alberto observa la estructura de tres alturas. Aún faltan tabiques, muros y tuberías. Con la grúa autocargante incorporada al Arocs, Alberto se encargará de transportar a todos y cada uno de los niveles -incluida la azotea a unos 10 metros de altura- pallets de ladrillos, tubos o vigas: materiales de construcción necesarios para proseguir la edificación.


Perfecta estabilización del vehículo.

Tras saludar brevemente a los colegas que ya están allí trabajando, Alberto coloca el camión en paralelo al edificio, baja de la cabina y procede a extender uno a uno los cuatro estabilizadores y sus correspondientes cilindros hidráulicos que a modo de “patas” garantizan el asentamiento firme del camión sobre el terreno evitando cualquier tipo de oscilación mientras opera la grúa.

Como el terreno está ligeramente desnivelado, Alberto coloca bajo los dos cilindros delanteros sendas calzas de madera. Aunque la experiencia es un grado y a simple vista se diría que el conjunto está equilibrado, consulta la información que muestra el display del control remoto de la grúa. Confirmado: el vehículo está perfectamente estabilizado. Sólo entonces procede a enganchar un pallet cargado de tubos en el gancho con pestillo de la pluma de la grúa. A continuación, empuña el mando de control remoto de la grúa y con precisión, eleva la carga.



Máxima concentración.

Alberto no está solo en la obra. Retroexcavadoras, camiones y grúas torre trabajan simultáneamente a su alrededor. Por eso no pierde de vista el trayecto de la grúa autocargante mientras eleva y transporta la pesada mercancía en el aire. El más mínimo despiste o error podría provocar un accidente.



Junto a Excavaciones Grasa, Alberto ha participado en relevantes obras de infraestructuras aragonesas, como parques eólicos y fotovoltaicos o la emblemática Torre Zaragoza, todavía en construcción, que será el primer edificio de viviendas en el valle del Ebro en rebasar la barrera de los cien metros.

Independientemente del proyecto que se trate, Alberto presta plena atención a cada uno de los procesos: conducción, estabilización del camión, elevación de mercancía y descarga. ¿El momento de máxima tensión? «Cuando elevo con la grúa la carga en el aire». Desde que accede a la obra, su mente se concentra en cada movimiento: «¡Silencio, se construye!».


Fotos: Begoña Tremps

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