Camión de cuatro ejes: Andreas Werth suministra materiales aislantes y de construcción hasta el sexto piso

Andreas Werth conoce bien el oficio. Basta una mirada a la dirección de entrega y ya se sabe de memoria la ruta desde la sede de la empresa en el oeste de Fráncfort a través de toda la zona urbana. «Primero salgo por la carretera de Maguncia y luego tengo que mirar, por aquí en este momento no puedo pasar», comenta Andreas, también conocido como Andi, que parece conocer al dedillo la metrópolis del Meno, incluidos los bloqueos y los desvíos. No es extrañar, ya que este conductor lleva 34 de sus 55 años de vida transportando materiales de construcción en la región.

«Nuestra particularidad es que somos capaces de suministrar el material hasta el 6.º piso», afirma Andi de camino a la primera obra del día. Son poco después de las seis y media de la mañana. Tras los rascacielos de Fráncfort está saliendo el sol. Las primeras grúas se ponen en marcha. El tráfico todavía es moderado. «Pero en un rato se acabó la calma», afirma convencido Andi mientras cambia de carril al encontrarse con una valla de construcción que bloquea el carril derecho. Una y otra vez. «Aquí hay que madrugar mucho, si no es imposible pasar».

En un balcón, los albañiles reciben el total de 160 placas de cartón yeso. «Antes, los chicos tenían que llevar las placas hasta arriba una a una», explica Andi moviendo la cabeza. Con su grúa de 27 metros en la parte trasera, esto ya es cosa del pasado.

Wego/Vti ofrece el servicio de grúa de forma adicional. También se puede hacer la descarga al nivel del suelo. «Solo que... ¿dónde?», se pregunta Andi mirando alrededor: el suelo un poco fangoso entre la valla y el aparcamiento no parece lo más adecuado. «Nuestro suministro con grúa le permite al cliente ahorrar fuerzas y tiempo», explica Andi, que ahora transporta hasta lo alto los rollos de fieltro aislante y unos cubos de masilla. A continuación cierra las lonas y guarda la horquilla invertible con cabezal giratorio en la parte trasera del Actros.

Después concluye la jornada laboral de este viernes. Por la tarde toca hípica: Andi ha quedado con su hija para ir a montar a caballo. Y el sábado, rumbo al bosque: hay que cortar una haya para hacer leña. Sin grúa, sin obras y sin el estrés del tráfico de la ciudad. «Entonces sí que me relajo de verdad».

Fotos: Alex Kraus
Vídeo: Alexander Tempel