Participan en la conservación de monumentos históricos: Pedro Chamizo y su Atego 1524

Reportaje

El restaurador.

Pedro Chamizo transporta materiales de obra para la rehabilitación de monumentos del patrimonio histórico andaluz. ¿Su cómplice? Un Atego 1524.


“Además de útil es hermoso”, dice Pedro señalando la silueta verde del Puente de Hierro de la localidad malagueña Estación de Cártama. Esta histórica estructura lucirá en breve como nueva. Gracias, en parte, al trabajo de Pedro.

Como cada mañana desde hace un par de meses, Pedro transporta materiales de construcción para la rehabilitación de este emblemático monumento de Cártama. Grava, bloques de cemento o arena: todo lo carga en el almacén de Hermanos Campano S.L. en Ardales. Entre idas y venidas recorre unos 260 kilómetros diarios.


Casi 100 años al servicio del municipio.

“El puente tiene casi 100 años de antigüedad”, dice Pedro. “Se construyó para unir los núcleos urbanos de Cártama, separados por el cauce del río Guadalhorce, actualmente de caudal escaso o nulo”. Tanto su acabado verde como su estilo de arquitectura funcional del siglo XX llaman la atención.

Bajo un cielo límpido, Pedro realiza el primer viaje del día. Su Atego está equipado con una autogrúa y va cargado con sacos de grava. A pesar de contar con casi una década de experiencia en la profesión, o quizá por ello, este profesional no descuida los detalles.


La “oficina al aire libre”.

Circula con cuidado sobre el puente y se detiene a unos cinco metros del tramo deteriorado de la estructura en la que trabajan los operarios que le reciben con un “¡Buenos días!”. Pedro devuelve el saludo y sonríe. "Quienes trabajamos al aire libre en una soleada 'oficina' casi siempre estamos de buen humor", comenta.

Con el control remoto, Pedro extiende las patas hidráulicas estabilizadoras del camión. A continuación, engancha el extremo de la autogrúa a uno de los sacos de grava que transporta. Con precisión milimétrica lo eleva. Suspendido en el aire nadie diría que pesa 900 kilogramos. Los dedos de Pedro sobre la palanca de cambio guían la trayectoria de la pluma de la grúa que gira suavemente, desciende y deposita el saco sobre el suelo, junto al resto de materiales de obra.

“La seguridad es lo más importante en este trabajo”, dice Pedro. Y añade que en días de fuertes rachas de viento hay que tener especial cuidado y bajo condiciones meteorológicas complejas incluso suspender la descarga de materiales. “Por suerte el clima malagueño suele ser bueno”, dice sonriendo.


“La seguridad es lo más importante en este trabajo.”

— Pedro Chamizo



La rehabilitación avanza rápido. A menudo los viandantes se paran a observar con curiosidad el avance de las obras. “El puente significa mucho para esta localidad”, dice Pedro, “asociaciones y equipos deportivos lucen su silueta como logo en sus camisetas”.

No es el único monumento de enormes dimensiones en cuya reconstrucción participa Pedro. Ya con anterioridad colaboró en la rehabilitación de la muralla medieval de Vélez‑Málaga. Recuerda también con orgullo cuando transportó material para la restauración de la catedral malagueña y el acueducto y puente romano de Cártama. “Soy un afortunado por poder contribuir con mi trabajo a la recuperación de monumentos históricos de mi tierra”, asegura.

Desde que comenzó a trabajar para Hermanos Campano S.L., firma especializada en la venta de materiales de construcción y en la restauración de monumentos patrimoniales andaluces, conduce siempre un Mercedes‑Benz.



Solo buenas experiencias.

“Cuando me subí por primera vez hace nueve años a un camión Mercedes supe que nunca más querría conducir otra marca”, afirma Pedro.

“Ya sea el Actros, el Arocs o el Atego, nunca me han fallado”. Pedro sube de nuevo al Atego y se dirige al almacén de Ardales a cargar otra tanda de sacos de grava. No quiere hacer esperar a los operarios del Puente de Hierro.


Fotos: Begoña Tremps

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