4-Xtremes – Parte 28: una historia centenaria y una fuga

Serie: 4-Xtremes – The World Tour

Los Balcanes a la vista.

Una visita de amigos y un hervidor no estanco hacen que Andrea y Mike pasen más tiempo en Italia del esperado. Una parada intermedia en Eslovenia, pronto disfrutarán de la amplitud de Hungría.

Muy cerca: Mike y Andrea acampan en el aparcamiento de Villa Manin.


Pasamos mucho tiempo con nuestras amistades en Italia, al final fueron dos meses. Los motivos: por un lado, tener una semana de «vacaciones» con amigos, por otro, solucionar un problema persistente.

Pero vayamos por partes: Cuando salimos de Florencia en dirección al norte, la temperatura en el termómetro fue subiendo continuamente a más de 30 grados. Buscar un lugar fresco para pasar la noche resultó ser un quebradero de cabeza. Por suerte, encontramos un lugar sombreado en un pueblecito y no tuvimos que quedarnos sobre el asfalto.


Tiendas pequeñas, bosques frescos, pueblos idílicos: el norte de Italia tiene mucho que ofrecer. Por suerte, también aparcamientos a la sombra para el Axor.
Tiendas pequeñas, bosques frescos, pueblos idílicos: el norte de Italia tiene mucho que ofrecer. Por suerte, también aparcamientos a la sombra para el Axor.
Tiendas pequeñas, bosques frescos, pueblos idílicos: el norte de Italia tiene mucho que ofrecer. Por suerte, también aparcamientos a la sombra para el Axor.
Tiendas pequeñas, bosques frescos, pueblos idílicos: el norte de Italia tiene mucho que ofrecer. Por suerte, también aparcamientos a la sombra para el Axor.
Tiendas pequeñas, bosques frescos, pueblos idílicos: el norte de Italia tiene mucho que ofrecer. Por suerte, también aparcamientos a la sombra para el Axor.
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Tiendas pequeñas, bosques frescos, pueblos idílicos: el norte de Italia tiene mucho que ofrecer. Por suerte, también aparcamientos a la sombra para el Axor.
Tiendas pequeñas, bosques frescos, pueblos idílicos: el norte de Italia tiene mucho que ofrecer. Por suerte, también aparcamientos a la sombra para el Axor.
Tiendas pequeñas, bosques frescos, pueblos idílicos: el norte de Italia tiene mucho que ofrecer. Por suerte, también aparcamientos a la sombra para el Axor.
Tiendas pequeñas, bosques frescos, pueblos idílicos: el norte de Italia tiene mucho que ofrecer. Por suerte, también aparcamientos a la sombra para el Axor.
Tiendas pequeñas, bosques frescos, pueblos idílicos: el norte de Italia tiene mucho que ofrecer. Por suerte, también aparcamientos a la sombra para el Axor.
Tiendas pequeñas, bosques frescos, pueblos idílicos: el norte de Italia tiene mucho que ofrecer. Por suerte, también aparcamientos a la sombra para el Axor.

Descanso del descanso.

Aún más nos alegramos de poder pasar una semana con amigos cerca del lago de Garda. Después de tanto tiempo, había mucho que contar. Por decirlo así, estuvimos descansando del descanso, en compañía y casi desconectados, y nos llevamos muy buenos recuerdos. Por primera vez desde hace tres años no hemos dormido en el Axor, sino en una cama de 1,80 m de ancho, que parecía enorme. Para hacer el café teníamos que andar más de dos pasos. Ahí nos dimos cuenta de hasta qué punto nos hemos acostumbrado a vivir en un espacio reducido.

Después de la semana de «vacaciones», volvimos a escapar del calor en dirección a las montañas. Aimée lo pasó especialmente mal con las altas temperaturas. Sin embargo, dos días después, nuestro idilio con la montaña llegó a un final repentino. Cuando nos despertamos, descubrimos que salía agua de las juntas del piso.


En Villa Manin se escribió la historia a finales del siglo XVIII. Aún hoy, las fastuosas estancias son una muestra de aquel tiempo. Bajos los enormes árboles del parque, los Kammermann se toman un descanso del calor.
En Villa Manin se escribió la historia a finales del siglo XVIII. Aún hoy, las fastuosas estancias son una muestra de aquel tiempo. Bajos los enormes árboles del parque, los Kammermann se toman un descanso del calor.
En Villa Manin se escribió la historia a finales del siglo XVIII. Aún hoy, las fastuosas estancias son una muestra de aquel tiempo. Bajos los enormes árboles del parque, los Kammermann se toman un descanso del calor.
En Villa Manin se escribió la historia a finales del siglo XVIII. Aún hoy, las fastuosas estancias son una muestra de aquel tiempo. Bajos los enormes árboles del parque, los Kammermann se toman un descanso del calor.
En Villa Manin se escribió la historia a finales del siglo XVIII. Aún hoy, las fastuosas estancias son una muestra de aquel tiempo. Bajos los enormes árboles del parque, los Kammermann se toman un descanso del calor.
En Villa Manin se escribió la historia a finales del siglo XVIII. Aún hoy, las fastuosas estancias son una muestra de aquel tiempo. Bajos los enormes árboles del parque, los Kammermann se toman un descanso del calor.
En Villa Manin se escribió la historia a finales del siglo XVIII. Aún hoy, las fastuosas estancias son una muestra de aquel tiempo. Bajos los enormes árboles del parque, los Kammermann se toman un descanso del calor.
En Villa Manin se escribió la historia a finales del siglo XVIII. Aún hoy, las fastuosas estancias son una muestra de aquel tiempo. Bajos los enormes árboles del parque, los Kammermann se toman un descanso del calor.
En Villa Manin se escribió la historia a finales del siglo XVIII. Aún hoy, las fastuosas estancias son una muestra de aquel tiempo. Bajos los enormes árboles del parque, los Kammermann se toman un descanso del calor.
En Villa Manin se escribió la historia a finales del siglo XVIII. Aún hoy, las fastuosas estancias son una muestra de aquel tiempo. Bajos los enormes árboles del parque, los Kammermann se toman un descanso del calor.
Palmanova.
Palmanova.

Siguiendo los pasos de Napoleón.

Mike encontró el problema rápidamente: una soldadura de la caldera de agua caliente no era estanca. Apenados, bajamos de las montañas en búsqueda de un especialista en soldar acero. No debía ser muy complicado, pensamos. Sin embargo, hablamos poco italiano y la persona al otro lado de la línea no sabía apenas inglés. Tuvimos que intentarlo varias veces más hasta que encontramos una empresa que pudiera ayudarnos.


Una vez reparada la caldera, nuestro premio fue visitar la cercana Villa Manin, en cuyo aparcamiento pudimos acampar. El complejo de edificios, levantado al estilo de una villa rural, ha sido testigo de siglos de historia europea.

Aquí residió el último dux, el máximo dirigente de la república de Venecia, antes de que Napoleón Bonaparte conquistara la república en 1797; el mismo Napoleón pasó dos meses allí, hasta que se firmó el tratado de Campo Formio.

Pero esa es otra historia. Actualmente, la Villa y sus pérgolas se encuentran rodeadas por un magnífico parque de 18 hectáreas con rarezas botánicas de todo el mundo. Aquí, volvemos a respirar al abrigo del fresco verdor y nos ponemos en marcha una vez más.


Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.
Una pequeña excursión: Liubliana, la capital eslovena, tiene mucho encanto. En Hungría, a los Kammermann les espera una agradable amplitud y gente simpática y amable.

Cafés a tope en Liubliana.

Nuestro siguiente destino era Rumanía, pero no teníamos el camino hasta allí muy claro. Todo porque las fronteras de Hungría llevaban tiempo cerradas. Sin embargo, poco antes de llegar a Eslovenia nos enteramos de se volvía a aceptar a los turistas.

Antes de pisar suelo esloveno, teníamos dos puntos pendientes: Palmanova y una prueba rápida de coronavirus para cruzar la frontera. Aunque Palmanova sea pequeña, con solo 5.000 habitantes, tiene una arquitectura fascinante. Diseñada en 1593 como defensa de la región de Friul, tiene forma de estrella de nueve puntas, con un hexágono en el centro.

Eslovenia es un país pequeño y queremos seguir nuestro camino hasta Hungría antes de que vuelvan a establecerse restricciones a la entrada. Así pues, nos limitamos a una excursión rápida a Liubliana. El pequeño casco antiguo en torno al río Ljubljnica tiene mucho encanto. Sin embargo, lo que más nos llamó la atención fue otra cosa: ¡los restaurantes y cafeterías estaban a rebosar! No quedaba ni rastro de la pandemia.


Al día siguiente, el trayecto hacia Hungría se presenta mucho más duro de lo esperado. A las 16:00 entramos por fin a la autopista a 80 km/h. Además, nos hicimos la prueba rápida para nada, nadie nos la pide.

Un tiempo relajado en Hungría.

A primera vista, Hungría parece un país bastante sencillo: hay menos señales de prohibición y podemos movernos con más libertad. La primera noche, acampamos al borde de una reserva natural. Al anochecer aparece un guardia forestal. Quiere saber si vamos a pasar la noche allí y nos da permiso con el gesto del pulgar hacia arriba.

Al día siguiente, poco antes de llegar al lago Balatón, descubrimos una cantera abandonada y acampamos allí. Disfrutamos del lugar y del silencio. Mike tiene tiempo para revisar el Axor y la superestructura, yo ordeno las fotos y limpio el equipo de la cámara. ¿Qué vendrá después? Ni idea, pero estamos listos para la siguiente aventura.


4-Xtremes – The World Tour.

Un viaje sin igual.

Andrea y Mike Kammermann llevan tres años viajando con su Axor. «4-Xtremes: The World Tour» es el lema del viaje que los dos suizos emprendieron a mediados de 2020 - ¡y que compartirán con la comunidad de RoadStars! Manteneos al día y no os perdáis ninguno de los impresionantes destinos a los que se dirige la pareja de aventureros.

Podéis encontrar las etapas actuales de la serie «4-Xtremes – The World Tour» aquí.

Podéis encontrar el curso del viaje antes de emprender la travesía hacia Sudamérica aquí.


Fotos: 4-Xtremes

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