4-Xtremes – Parte 18: Resbalón en el Peloponeso

Serie: 4-Xtremes – The World Tour

Historias de península.

En la península del Peloponeso, los Kammermann ponen a prueba su pericia al volante, y experimentan muchas otras vivencias. Pero, ¿podrán decir «Αντιο σας» (adiós) también a Grecia en algún momento y continuar con su «World Tour»? ¡Léalo usted mismo!

Expedición a pie: Andrea y Mike ya no pudieron disfrutar de tan buen tiempo a diario en el Peloponeso.


800 litros de diésel bastaron para explorar el continente griego. Una buena parte de él lo recorrimos las pasadas semanas en el Peloponeso. Y en efecto, la gran península al suroeste de Atenas, que parece una mano con los dedos extendidos, también no dispensó retos de conducción. Pero hablaremos de ello más tarde.

Viniendo del norte, como nosotros, hay que cruzar el puente de Río-Antirio para acceder al Peloponeso. Aunque, «hay que» no es la expresión adecuada, ya que el trayecto de más de dos kilómetros sobre el puente atirantado con vistas al golfo de Patras por un lado y al golfo de Corinto por otro es toda una experiencia.


Acampar con mejores vistas – en las playas de arena dorada del Peloponeso.


Paseos con chaqueta de invierno.

Pensábamos que en Grecia siempre había temperaturas agradables y sol incluso en invierno. Y, lo cierto es que en enero tuvimos unos cuantos días buenos. Pero, ahora sabemos que esa no es la regla: Al final nos acompañó un viento y lluvia casi constantes, así que tuvimos que usar las chaquetas de invierno a diario. A pesar de ello, recorrimos exhaustivamente los bosques de pinos que se encuentran detrás de las playas.

El tercer día hicimos uso de nuestras planchas de arena, aunque no para nosotros: una familia se quedó atrapada con su pick-up metida hasta el chasis en la arena. Pero, cavando un poco, empujando y colocando las planchas debajo, el vehículo salió a la primera.


Muros antiguos, bahías circulares: la península del Peloponeso no solo es extensa, sino también muy variada.
Muros antiguos, bahías circulares: la península del Peloponeso no solo es extensa, sino también muy variada.
Muros antiguos, bahías circulares: la península del Peloponeso no solo es extensa, sino también muy variada.
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Muros antiguos, bahías circulares: la península del Peloponeso no solo es extensa, sino también muy variada.
Muros antiguos, bahías circulares: la península del Peloponeso no solo es extensa, sino también muy variada.

Activando la tracción integral en el último momento.

Una vez nos pasó a nosotros mismos: en un trayecto a la montaña, el suelo se había ablandado por la lluvia, y de repente, resbalamos por una pequeña carretera y acabamos en la cuneta. Suerte que Mike reaccionó rápido y pudo activar los bloqueos del diferencial y la tracción integral del Axor. No hubo tiempo para hacer una foto de la pequeña catástrofe. Pero, estuvo cerca.

En Mesenia, en el suroeste de la península, acampamos junto a la playa Voidokiliá, en la casi circular bahía Barriga de buey, probablemente el lugar más bonito de Grecia en el que hemos podido acampar hasta ahora. El Axor estaba justo al lado del agua, protegido del viento por los arbustos, así que podíamos estar fuera incluso en camiseta.

Desde aquí fuimos andando hasta el castillo de Navarino. Sus muros están bastante deteriorados, pero se puede recorrer el castillo sobre ellos sin tener que abrirse paso entre los matorrales que crecen en su interior. Junto a los muros hay una pronunciada pendiente hacia abajo, por lo que mejor no tener un traspié.



Más de 50 vehículos camperizados en la playa.

Según pasaban los días, iba llegando más gente en furgonetas, autocaravanas o camiones a la playa de Voidokiliá. Seguimos adelante, pero en todo el sur del Peloponeso las playas estaban muy frecuentadas. En una de ellas, había más de 50 vehículos. A pesar del coronavirus, o incluso también por él, nos encontramos muchos viajeros por aquí que acampan durante la semana.

El paisaje del interior de la península es completamente diferente al de las playas. En algunos lugares parece casi tropical. De nuevo en la costa, acampamos junto al pecio Dimitrios, protagonista de multitud de historias, algunas más creíbles que otras. El motivo real por el que el barco está ahí oxidándose es desconocido todavía. Pero siempre ha sido y será un genial motivo fotográfico.


Antaño codiciado por los conquistadores, y hoy, por los turistas.

En la costa este, la pequeña ciudad de Monemvasía está encaramada en una roca frente a la costa. Desde el siglo sexto ha sido invadida por francos, bizantinos, venecianos, cruzados y turcos. Hoy en día lleva la etiqueta de patrimonio europeo, y solo los turistas acuden a verla.

La ciudad bizantina en ruinas de Mistrá solo pudimos verla desde el parking: estaban restaurando una parte. Por ello, continuamos hacia una zona de esquí a unos 1600 metros de altitud, y nos costaba imaginar que allí se pudiera esquiar. ¿Quién ha oído de deportes de invierno en Grecia? Y tampoco había nada de nieve.

Antes de volver de nuevo a nuestro punto de partida, Patras, visitamos otro embalse en las montañas. De camino hacia allá, había que atravesar pueblos que nos hicieron sudar la gota gorda. Las calles eran lo bastante anchas, pero muchos residentes no se tomaban muy en serio las normas de aparcamiento. Más de una vez nos quedamos a escasos centímetros entre nuestros intermitentes delanteros –la parte más ancha del Axor a la «altura del vehículo»– y los retrovisores de los automóviles.



¡El siguiente destino ya está fijado!

La carretera que rodea el lago estaba cubierta de maleza y parcialmente socavada a ambos lados. Nos sentimos aliviados cuando llegamos a una pradera en la que pudimos acampar. El nivel del agua del embalse era tan bajo que se podían ver las ruinas de las casas inundadas. Una emocionante vista a tiempos remotos.

Finalmente, abandonamos el Peloponeso, de nuevo por el puente de Río-Antirio. Anteriormente habíamos tanteado nuestro próximo destino, y ahora estaba fijado. Para llegar a él, y para que nos pudiéramos mover por allí libremente, necesitábamos tres pruebas negativas de coronavirus, dos billetes de ferry, y una semana de cuarentena en el hotel. Todavía puede haber algunas sorpresas, así que preferimos no desvelar demasiado. En el siguiente informe leeréis si todo salió bien.


4-Xtremes – The World Tour.

Un viaje sin igual.

Andrea y Mike Kammermann llevan tres años viajando con su Axor. «4-Xtremes: The World Tour» es el lema del viaje que los dos suizos emprendieron a mediados de 2020 - ¡y que compartirán con la comunidad de RoadStars! Manteneos al día y no os perdáis ninguno de los impresionantes destinos a los que se dirige la pareja de aventureros.

Podéis encontrar las etapas actuales de la serie «4-Xtremes – The World Tour» aquí.

Podéis encontrar el curso del viaje antes de emprender la travesía hacia Sudamérica aquí.


Fotos y vídeo: 4-Xtremes

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