Un volquete en manos de la familia

Vehículos de época

PADRE E HIJO.

El 1632 AK de los Kilian: más que un camión, un proyecto generacional.


Decir que está como nuevo es, sin duda, quedarse corto. Las superficies pintadas de este volquete con tracción integral de Ulrich y Philipp Kilian lucen más lisas e impolutas que nunca: más incluso que el día, hace ya 40 años, en que el 1632 AK salió de la fábrica. Su primer conductor fue Willi Behringer, empleado de la empresa operadora de plantas hidroeléctricas Schluchseewerke AG, en la Selva Negra. Él es quien recoge este dechado de energía con su motor diésel de diez cilindros en V matriculado por primera vez el 25 de marzo de 1975 en Wörth.

Sus 320 CV, algo extraordinario para aquellos tiempos, son necesarios, pues su tarea consiste en transportar componentes de máquinas y equipamientos para las plantas hidroeléctricas por las empinadas carreteras de la Selva Negra. Y luego está el servicio de invierno. En 1978 se equipa el volquete con una grúa Atlas.

En 1982, la empresa Schluchseewerke lo sustituye por su sucesor, el 1636 (NG 80). El 1632 lo compra la empresa de suministros de la ciudad Waldshut-Tiengen, en la frontera con Suiza. Su tercer propietario es, a partir de 1991, un vivero de Bad Säckingen. En 2007 se da de baja el volquete.

Los Kilian lo descubren por fin en la primavera de 2009, en un concesionario cerca de Augsburgo. Su análisis de la situación: la cabina ha sufrido tanto a consecuencia de la grúa y del resto de componentes montados que no es posible salvarla. Los ejes y la grúa tienen fugas; el volquete de tres vías está hecho polvo. Pero el bastidor y los grupos parecen estar bien, y el motor —el cuentakilómetros marca 120.000 kilómetros en su segunda vuelta— funciona sin problemas y no tiene fugas.

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