Al rescate: el Arocs 4451 de Pappas Eugendorf

Vehículo y tecnología

¡Aquí nada es imposible!

Alex Kircher y Werner Huber acuden de inmediato con su grúa siempre que un camión necesita ayuda en la zona de Salzburgo. Gracias el nuevo Arocs 4451 AK 8x6/4 con turboembrague-retardador son capaces de solucionar cualquier problema.

Werner Huber (derecha) toma notas de camino hacia la próxima intervención mientras Axel Kircher conduce el Arocs.


Siempre que se produce algún accidente en la autopista de Tauern, cerca de Pfarrwerfen, o que un camión de 40 toneladas patina contra la barrera en la salida de Salzburgo, o que es necesario rescatar un camión averiado en una pista forestal en las montañas de Ebenau, es seguro que Alex Kircher y Werner Huber reciben una llamada en el móvil. Estos dos especialistas de Pappas Eugendorf se ponen en marcha de inmediato con su flamante camión-grúa Arocs 4451 AK 8x6/4 con turboembrague-retardador dispuestos a darlo todo.

Hoy es una de esas mañanas. Primero tienen que remolcar un camión inmovilizado por un fallo en los frenos en la autopista, a la altura de Salzburgo-Kasern. Nada más terminar acuden a la A10 a rescatar un autocar al que le ha fallado el motor. Con frecuencia, Kircher y Huber llegan al lugar del siniestro al mismo tiempo que los bomberos, la policía y los servicios de salvamento. Muchas veces no solo se encargan de remolcar los vehículos accidentados, o de recoger y eliminar restos de vehículos, así como de recoger y transbordar la mercancía, sino que también contribuyen a rescatar a los ocupantes de los vehículos.


«Por supuesto, hacemos todo lo posible por ayudar a los bomberos y al personal sanitario», cuenta Werner Huber. Por ejemplo, el 10 de agosto de 2004, cuando los dos hombres ayudaron con su grúa a rescatar a los heridos en un grave accidente de autocar en Dürrnberg. Muchos de ellos habían quedado atrapados debajo o en el interior del vehículo, que quedó cabeza abajo. Pero, por lo general, este dúo de expertos se dedica a remolcar vehículos que han sufrido algún tipo de avería técnica sin importancia. De todos modos, las intervenciones debidas a un accidente no son solamente casos excepcionales.

«Suele tratarse de colisiones por alcance», apunta Alex Kircher. «También nos llaman muchas veces cuando se ha producido un accidente en un túnel, o en colisiones múltiples.» En medio del caos, hay que poder evaluar la situación con rapidez: ¿qué hay que hacer y cuál es la mejor manera de lograrlo? ¿Con qué vehículo siniestrado empezamos? ¿Cómo vamos a elevarlos o a remolcarlos? ¿Será mejor hacerlo por delante o por detrás? Las decisiones no siempre resultan fáciles. Y los que toman esas decisiones son estos dos especialistas en rescates, pues llevan ya 16 y 20 años respectivamente acumulando experiencia y colaborando con los equipos de salvamento en siniestros. «La cooperación con la policía y los bomberos funciona perfectamente», afirma Alex Kircher. «Aún así, no hay que olvidar que cada operación de este tipo supone una situación extrema.»

Lo primero es siempre rescatar a las víctimas del accidente. Luego centramos nuestra atención en el vehículo siniestrado. Tampoco esa parte resulta siempre sencilla. «Cada accidente es diferente», explica Alex Kircher. A veces es necesario rescatar un camión que se ha salido de la carretera, o remolcar un vehículo averiado. En otras ocasiones es necesario elevar una máquina de construcción que ha resbalado y volcado en una ladera boscosa, para luego volver a colocarla sobre sus ruedas en algún angosto sendero forestal.

«Hemos colaborado incluso en el rescate de un helicóptero, en la eliminación de tocones de árboles y en el rodaje de películas o documentales», cuenta Werner Huber. «Eso es lo más interesante en nuestro trabajo. Cada día es diferente y nos enfrentamos continuamente a nuevos desafíos y a situaciones con frecuencia extraordinarias, en las que tenemos que buscar la mejor la manera de solucionar el problema.»



En otros casos, como ahora, se trata solamente de remolcar el Actros de una empresa checa que ha resultado ligeramente dañado en un accidente, un procedimiento puramente rutinario. Alex Kircher estudia con ojo experto el vehículo siniestrado y decide colocarlo primero en la posición correcta para poder transportarlo. Para ello se aproxima marcha atrás con su Arocs de cuatro ejes hasta situarse a pocos metros del Actros y dirige por radiotelemando la pluma de la grúa Empl EH/W Bison 200. La pluma puede desplegarse 6,8 metros hacia arriba y 3,6 metros hacia atrás. Hoy es suficiente con unos centímetros. Kircher se hace con los cabrestantes hidráulicos de la pluma (con 20 toneladas de fuerza de tracción cada uno) y los engancha a la parte delantera del vehículo siniestrado.

Mientras tanto, Huber ha colocado un Antos 2535 con plataforma de carga detrás de la tractora averiada, ha extendido los puntales de apoyo y ha colocado la grúa Palfinger 18002 en posición. «Ahora podemos elevar al mismo tiempo la parte delantera y la trasera y colocar el camión en la posición que se nos antoje», añade Huber. Por ese motivo, el equipo acude casi siempre con el Arocs y el Antos para las tareas de rescate de vehículos siniestrados. «Muchas veces, antes de poder transportar un vehículo tenemos que colocarlo sobre sus propias ruedas», cuenta Alex Kircher.


Werner Huber (izquierda) y Alex Kircher echan un cable al Actros siniestrado de una empresa checa. Para estos dos profesionales, es pan comido.


Pero esta vez no será necesario. Kircher hace descender el yugo elevador de accionamiento hidráulico. Sobre él puede montar diversos elementos, que guarda en la caja integrada en el lateral de la carrocería de Empl junto con diversas cadenas, poleas de inversión, tornos y palas. Kircher elige las horquillas de elevación. A continuación pulsa un botón para tirar del vehículo accidentado con los cabrestantes hasta situarlo sobre las horquillas. Después levanta el camión con el yugo elevador. Conseguido.

«El Arocs es un vehículo de primera», sentencia Alex Kircher al fin de la jornada. «Hace sólo una semana que trabajamos con él, pero ya nos ha convencido.» Una ventaja especial frente a su antecesor es el turboembrague-retardador, que demuestra su valía sobre todo en terrenos no compactados. «Con su ayuda podemos arrancar con el motor a plena carga y sin desgaste. En las tareas de rescate, esta posibilidad es más importante que la potencia del motor. El sistema despliega toda su fuerza a partir de un número muy bajo de revoluciones, y la transmite de inmediato y de manera mucho más directa a la carretera.»

Además, el retardador asiste al conductor con una elevada potencia de frenado, incluso a poca velocidad, o al maniobrar marcha atrás. Dado que trabaja sin desgaste, mejora la durabilidad del vehículo. Este es otro de los muchos factores que han convencido a Erwin Pfeiffer, director técnico de Pappas Eugendorf, de la valía del nuevo Arocs, el único vehículo de salvamento con tracción integral de todo Salzburgo. «Desde luego, con este vehículo estamos perfectamente equipados», afirma y mira hacia sus empleados, Kircher y Huber. «Pero hay que tener también un personal de primera para sacarle todo el jugo.»

Fotos: Matthias Heschl

Todavía sin comentarios