Consumo de combustible: Rui Besa ahorra diésel con su Actros

“Disfruto con los paisajes abiertos”, dice Rui Besa, “al volante, tengo la suerte de contemplar fantásticos panoramas”. Este portugués trabaja desde hace diez años para la firma gallega Transportes Paraíso, con sede en Xove, Lugo, junto a la ría de Viveiro. A principios de año se inauguró el viaducto de Xuances —para salvar parte de la hondonada que provoca la ría— y desde entonces Rui ya ha perdido la cuenta de las veces que lo ha recorrido. “Nunca olvido mirar por el retrovisor, las vistas varían mucho según el tipo de luz, dependiendo de si está o no nublado. Me gusta ver cómo se aleja la ría”, dice.

Rui reside en Oporto, “la ciudad de los puentes”, con su mujer. De lunes a jueves duerme en el Actros y el fin de semana en casa. Una de sus principales rutas consiste en cargar inmensas bobinas de acero en la acería de Arcelor Mittal en Avilés (Asturias) y transportarlas hasta Marín (Pontevedra) donde se encuentra una conocida fábrica de industria auxiliar del automóvil. También en Asturias disfruta de las vistas a la ría de Avilés. “Los paisajes del norte de España son espectaculares”, dice, “llevo viéndolos diez años y todavía me sorprenden”.

Rui Besa, conductor portugués de Transportes Paraíso

Admirar el paisaje no impide a Rui concentrarse en la carretera. “Me gusta la conducción previsora”, asegura. El Actros que conduce desde hace meses está equipado con Fleetboard y Rui ya ha conseguido calificaciones sobresalientes: “El primer día que tuve un 9 ¡casi salto de alegría!”, exclama. Reducir antes de llegar a una rotonda (para evitar pisar el freno) y aprovechar las inercias, son algunas de las técnicas que suele utilizar. “Una conducción previsora no es sólo económica sino también ecológica y segura”, dice. Rui asegura que el motor de once litros con el que viene equipado el Actros 1846 también contribuye (¡y mucho!) al ahorro de combustible. Desde que conduce este modelo, a pesar de la orografía gallega y, a menudo, la climatología adversa, no supera los 31 litros cada cien kilómetros.

Rui admite haber encontrado una gran herramienta de ayuda en el Predictive Powertrain Control —sistema que analiza los datos topográficos, los coteja con los del GPS y en función del resultado regula la velocidad y selecciona la marcha adecuada. “Conduzco mucho más tranquilo, más relajado”.

Este profesional se encuentra cómodo trabajando para Transportes Paraíso: “Los gallegos y los portugueses nos parecemos mucho”, dice, “para empezar nuestra lengua es muy similar y yo diría que nuestro carácter también”. Asegura que españoles y portugueses “somos como hermanos. Incluso compartimos a mi querido río Duero”, dice, “ustedes le ven nacer, pero nosotros tenemos el privilegio de verle desembocar en el Atlántico”.

Los viernes por la tarde, Rui hace la última descarga de la semana —en esta ocasión de mercancía general— en Porriño (Pontevedra) donde suele dejar aparcado su coche. Desde ahí hasta Oporto solo le separan dos horas y cuarto. En su mente se dibuja ya el discurrir del Duero.

Fotografías: Begoña Tremps