Un nuevo Arocs para niños —¡de Lego!

Accionando dos pequeños interruptores se enciende la bomba neumática. Lentamente se eleva el brazo grúa de color rojo brillante desde la plataforma del volquete y se desplaza hacia un costado con la cuchara bivalva. “¡Tienes que desplegar los soportes para que no se caiga!”, advierte una niña entre los ruidos de las palas cargadoras y una trituradora de mandíbula. En las instalaciones del centro de reciclaje de la empresa de demolición Bernd Grabowski Abbruchgesellschaft mbH & Co KG (su lema: “El delicado arte de la destrucción”) se vive un ambiente de grandes expectativas. El motivo: una enorme montaña de arena servirá de escenario para presenciar el estreno de un vehículo muy especial.

“Nuestro arenero es más grande que el de otros niños”, explica Tim Grabowski con una amplia sonrisa mientras sigue el consejo de su hermana. Con dos hábiles movimientos, el niño desacopla la bomba hidráulica y pone en funcionamiento el mecanismo de los soportes. “¡Ahora enciende el motor eléctrico!”, le pide Tim a su hermana pequeña. Marie asiente y acciona el interruptor de color naranja ubicado sobre el techo de la cabina. Los soportes se despliegan con un leve traqueteo. La niña de ocho años exclama fascinada: “¡El nuevo Arocs de Lego no sólo es igual a los tres camiones Mercedes-Benz de mi padre, sino que también puede hacer de todo!”.