Aeropuerto de Fráncfort. Se construye una nueva pista de despegue, con la participación esencial de: DIE PUMAS y el Arocs

Economía y logística

La obra más grande de Hesse.

En la parte sur del aeropuerto de Fráncfort se está construyendo la nueva terminal 3, en el terreno que antes ocupaba una base militar estadounidense, con ayuda de DIE PUMAS y el Arocs.


El aeropuerto de Fráncfort se expande. En 2019 pasaron por aquí, por primera vez, 70 millones de viajeros, y esa tendencia sigue aumentando. Para asegurar la posición de centro neurálgico internacional, el operador del aeropuerto Fraport debe aumentar la capacidad. Por eso, se está construyendo la terminal 3, directamente junto a la pista de despegue y aterrizaje sur, en la superficie que antes ocupaba una base militar estadounidense. A partir de 2023, 21 millones de viajeros despegarán y aterrizarán de aquí cada año. Sin embargo, aún no se ve mucho de ese escenario. Ya hay un par de rampas de enlace. Y, justo detrás de la valla de obra, hay un par de aerolíneas estacionadas. El resto de la imagen parece un enorme arenero tan grande como 22 campos de fútbol. En él también se encuentran docenas de excavadoras, grúas y vehículos para la construcción. Entre ellos, los de DIE PUMAS. No, no de los felinos americanos.


Enormes pulpos. Las máquinas alcanzan una altura de hasta 63 metros. En la figura: una bomba de 42 metros.
Enormes pulpos. Las máquinas alcanzan una altura de hasta 63 metros. En la figura: una bomba de 42 metros.
Promedio. El hormigón debe medir 75 centímetros después de haberlo agitado 15 veces, entonces se puede usar.
Promedio. El hormigón debe medir 75 centímetros después de haberlo agitado 15 veces, entonces se puede usar.
Especialistas. Los operarios de bombas de hormigón Gheorghe Stroia y Naoufel Abibi forman un equipo muy compenetrado.
Especialistas. Los operarios de bombas de hormigón Gheorghe Stroia y Naoufel Abibi forman un equipo muy compenetrado.

DIE PUMAS: el acrónimo de DIEnstleister für BetonPUmpen und VerteilerMASten, Proveedores de bombas de hormigón y postes de distribución. Las referencias de la empresa de Weilbach demuestran que DIE PUMAS pueden con proyectos grandes. Su experiencia se puede ver en el perfil urbano de Fráncfort o en el puente de la pista de aterrizaje noroeste, una de las superficies de hormigón vertido en una pieza. La empresa de 43 empleados realiza miles de trabajos al año, como escuelas, guarderías, piscinas y muchas casas particulares, jardines de invierno y garajes. La obra actual: la terminal 3 del aeropuerto de Fráncfort. DIE PUMAS ya había puesto a trabajar sus bombas en distintas fases de construcción del titánico proyecto. Hoy, la agenda incluye la primera parte de los cimientos. Lo más interesante: se debe bombear bajo el agua.


Trabajo en equipo. En la superficie, DIE PUMAS lo tiene todo controlado, mientras un buzo lleva la bomba bajo el agua.


Seis metros bajo el nivel del agua.

«En el futuro, los viajeros encontrarán todo al mismo nivel, desde el check-in hasta el embarque», cuenta Axel Bender, gerente de DIE PUMAS. «Toda la tecnología se encuentra un par de plantas más abajo. Hoy estamos poniendo la primera base para ello, a seis metros bajo el nivel del agua». Bender ha viajado a la obra con el director comercial, Thomas Heil. Ambos intentan estar siempre que pueden en las obras en las que se usan sus bombas.

Acaba de pasar un Arocs 3242 amarillo brillante. El robusto camión transporta las 32 toneladas de la bomba de hormigón por la obra sin inmutarse. En total, la empresa cuenta con un parque móvil de 40 camiones. El porcentaje de vehículos de Mercedes-Benz: 100 por ciento. «Nuestra bomba más grande tiene un alcance de 63 metros, la más pequeña mide 20 metros», comenta el director comercial Thomas Heil. «Alcanza una altura de 42 metros». Heil señala el bastidor que se despliega lentamente hacia el cielo, compitiendo con la grúa de al lado. «Hoy tenemos dos piezas de los cimientos ante nosotros de 300 metros cúbicos cada una», continúa, ríe motivado y se frota las manos: «nos hacemos cargo del desafío con gusto». Solo para los cimientos se van a necesitar 39 000 metros cúbicos de hormigón. Para todo el cuerpo de la terminal 3 se estiman 300 000 metros cúbicos. Eso equivale aproximadamente al volumen del gasómetro de Oberhausen.



Pero, ¿cómo funciona en realidad eso de bombear hormigón bajo el agua? Los ingredientes necesarios: buzos, equipos de radiocomunicación, vehículos hormigonera, hormigón para obras hidráulicas y, por supuesto, bombas de hormigón, en este caso, de DIE PUMAS. El material va del vehículo hormigonera a la bomba a través de un embudo. Aquí, dos cilindros transportan constantemente la mezcla de cemento hasta el lugar de la obra a través de una tubería sujeta a un poste. Hasta ahí, todo bien. Ahora es cuando entra en juego el agua. Como el hormigón no se puede volcar fácilmente en la cuenca, hace falta un buzo bajo tierra que supervise todo. El buzo y el maquinista de la bomba de hormigón están en contacto constante por radio. Tras una indicación, el maquinista saca el poste del subsuelo con el «dopper». «Es una especie de campana unida a nuestra tubería», explica Heil. «Así conseguimos que el hormigón fluya salga de forma homogénea para que se forme una superficie plana bajo el agua».


«Quién sabe, a lo mejor en unos años me iré de vacaciones desde aquí»

– Axel Bender, gerente de DIE PUMAS


Otro desafío: «al hormigonar bajo el agua, no puede entrar aire ni en el hormigón ni en la bomba. Por eso tenemos que asegurarnos de que la bomba se llena constantemente». Para ello, los vehículos hormigonera no dejan de pasar para alimentar el embudo. «Un vehículo hormigonera tiene unos 7,50 metros cúbicos, es decir, unas 17 toneladas, y se vacía en cinco minutos», apunta Heil. Por eso hay una fábrica directamente en la obra. Allí, el hormigón se fabrica en minutos y se lleva a la zanja. «La cercanía tiene otra ventaja: el hormigón tiene que procesarse en 90 minutos. Aquí, tenemos tiempo de sobra».

Una profesión poco común.

Axel Bender también observa contento el trabajo en equipo perfecto de las hormigoneras, los buzos y sus trabajadores. «Esto explica bastante bien cómo entendemos el trabajo», dice. «No transportamos el producto ni lo fabricamos. No se pueden alquilar nuestros vehículos sin más, solo están disponibles con nosotros dentro. Somos proveedores en el sentido clásico».


100% de estrella. El parque móvil está compuesto de 40 camiones Mercedes-Benz, entre ellos, varios vehículos con bomba de hormigón.


El gerente transmite esta visión a sus conductores, que manejan las bombas de hormigón al mismo tiempo. Sus tareas abarcan el manejo, el mantenimiento y la reparación de las bombas, así como asegurar y montar las máquinas en distintos terrenos. La coordinación de distintas partes en la obra y la comunicación con el jefe de la obra también entran en sus funciones.

Un trabajo polifacético y exigente, con la única pega de que maquinista de bomba de hormigón no es una profesión habitual en Alemania. «Se aprende mirando y probando, como cuando se aprende a conducir». Como queda claro en el caso de DIE PUMAS, este trabajo puede dar grandes frutos. Solo para la nueva terminal, la empresa está encarga de las puertas de embarque, partes del edificio principal, aparcamientos y la pasarela que llevará a los viajeros directamente al check-in y facturación de equipajes. La empresa ya participó en otras obras de este centro neurálgico, como el túnel del aeropuerto, los puentes este y oeste y en el edificio «The Squaire».

De vuelta a la obra: después de seis horas, el primer cimiento está listo. Pronto se podrá bombear el agua fuera de la piscina 1. El equipo va tan bien de tiempo que van a mover la bomba el mismo día y colocar un segundo cimiento en la piscina 2. «Quién sabe, quizás en unos años me vaya de vacaciones desde aquí», comenta Bender mirando la gran zanja. Si se mira con atención, en sus ojos se puede el azul del agua y la arena de la obra, y también unas palmeras.


Fotos: Alex Kraus

15 comentarios