Gottfried Kübler suministra combustibles a las gasolineras

Reportaje

¡Lleno, por favor!

Gottfried Kübler trabaja para Paul Klacska GmbH, y suministra combustibles a las gasolineras. Mercedes-Benz ROUTE le acompañó durante un día a bordo de su nuevo Actros 1842 LS.

Siempre en marcha, llueve o truene. Desde sus 30 centros de distribución en Austria y en Europa del este, Klacska suministra a sus clientes unos diez mil millones de litros de diésel y gasolina cada año.


Gottfried Kübler es más bien parco en palabras, y toda la pasión de este salzburgués de 50 años la vuelca en su trabajo. Kübler es conductor de camión. Presencia corpulenta, cabellos algo canos, entradas prominentes y gafas. Su trabajo consiste en transportar combustibles para la empresa Paul Klacska GmbH. Las áreas de negocio del transportista de combustibles incluyen también el suministro de alquitrán, aceites, gas licuado y gases técnicos; pero Kübler no puede cubrirlo todo él solo. Suele circular con su nuevo Actros 1842 LS por Salzburgo, Tirol y Alta Austria, suministrando gasolina y diésel a las gasolineras. El vehículo lo comparte con un compañero, con quien se alterna trabajando por turnos.

En la filial de Klacska en Salzburgo-Gnigl, su jornada comienza, dependiendo del turno, a las 13.30 h o bien, como ahora, a las 2 de la madrugada. Mientras la ciudad aún duerme, en el polígono industrial comienza a reinar ya una actividad intensa. Se verifican las cargas de los vehículos y los camiones empiezan a trazar las primeras huellas sobre la nieve recién caída. Kübler se encarama a la cabina de su Actros, repasa mentalmente los pedidos recibidos la noche anterior, verifica con ayuda del Skypad si se ha producido algún cambio y pone en marcha el motor.



Sus primeros objetivos son Linz, Múnich o Neustadt, según el pedido correspondiente. En los depósitos de combustible o las refinerías de esas ciudades se abastece de la carga, que luego transportará a clientes como OMV, BP, Shell, ENI, MOL, Neste, Lukoil, el grupo Doppler o a distribuidores locales de refinados del petróleo: hasta 33.000 litros cuando se trata de diésel, y unos
4.000 litros más si el producto es gasolina. Junto con su compañero distribuye unos cuatro millones de litros de combustible al mes. La empresa en su totalidad transporta al año unos diez mil millones de litros a través de sus 30 centros de distribución en Austria, Polonia, Hungría, República Checa, Bulgaria, Serbia, Rumanía y Eslovaquia.

«Una cantidad considerable», apunta el gerente de la empresa, Alexander Klacska. Para hacer frente a esta tarea cuenta con una flota de unos
450 vehículos, de los que aproximadamente la mitad lucen la estrella en el frontal. ¡Y cada vez son más! Sin ir más lejos, el otoño pasado Klacska no solo adquirió el nuevo camión de Kübler, sino que fueron en total 17 los Actros que se incorporaron a la flota. Y ya está planeando nuevas adquisiciones. «La presencia de Mercedes-Benz en nuestra flota sigue creciendo. El motivo es que estamos muy satisfechos con estos vehículos», explica Alexander Klacska. «Gracias a la homologación Euro VI, satisfacen nuestras expectativas en cuanto a emisiones y calidad, el precio es atractivo y, en caso necesario, podemos recurrir a una buena red de servicios en todas nuestras áreas de actividad. El consumo está sensiblemente por debajo del de sus predecesores.» En la actualidad son
28 litros a los 100 kilómetros: dos litros menos que hasta ahora. «Es algo que nos sorprendió mucho, y que a largo plazo supone un beneficio enorme», afirma Klacska. Pero este no es el único motivo de satisfacción en su cooperación con Mercedes-Benz. «En estos momentos es exactamente lo que buscábamos.»


El camión cisterna de Gottfried Kübler tiene cabida para 33.000 litros de diésel, con los que abastece las gasolineras de clientes como OMV, BP o Shell.
El camión cisterna de Gottfried Kübler tiene cabida para 33.000 litros de diésel, con los que abastece las gasolineras de clientes como OMV, BP o Shell.

Y también Gottfried Kübler, que ahora está entregando su primera carga en una gasolinera, se muestra satisfecho con su camión. Aparca directamente junto al pozo de llenado, asegura el vehículo con conos de señalización, se pone las gafas protectoras y el casco y abre el armario de instrumentos. Su tarea consiste ahora en conectar la toma de tierra. A continuación acopla con precisión la manguera del producto y el dispositivo naranja de recuperación de vapores, al tiempo que verifica el contenido del depósito. Cuando todo está en su sitio, el combustible empiezan a fluir: unos 500 litros por minuto, de su semirremolque al depósito subterráneo de la gasolinera. «Hoy se trata de un suministro de diésel», explica Kübler, «aunque en teoría podría bombear también gasolina. Gracias a un sistema de cinco cámaras, este camión cisterna puede transportar hasta cuatro productos diferentes, con una cabida total de 43.000 litros.» Kübler supervisa el trasvase. Se tarda alrededor de una hora en bombear los 30.000 litros de diésel que cargaba el camión.


Cambio automático, un asiento confortable, sistemas de seguridad. En su nuevo Actros, Kübler cuenta con todo lo necesario para poder trabajar a gusto.



Es el momento de tomarse un respiro y hablar un poco del vehículo. «No se me ocurre nada negativo que contar», comenta este hombretón de Salzburgo con una sonrisa. Así que pasamos directamente a los puntos positivos. «¡No sé por dónde empezar!" exclama Kübler. «Desde el freno para retenciones hasta el cambio automático y la comodidad del asiento, el vehículo es sencillamente perfecto.» Además de contar con todas las funciones de seguridad, como el Active Brake Assist, la regulación de la estabilidad y el detector de cambio de carril, su Actos está también equipado con una cámara frontal gran angular, faros de xenón y una quinta rueda con sensores. «La técnica te lo pone todo bastante fácil», añade Kübler, que ahora tiene que continuar hasta su próximo destino.

Por turno y por jornada de trabajo llega a suministrar combustible a un máximo de cuatro clientes. Pero antes de partir hacia su próxima tarea, toca cerrar y guardar todas las mangueras y retirar los conos de señalización. ¡Listo! Kübler vuelve a subir los tres peldaños que conducen a la cabina, respira profundamente, se quita el casco verde de seguridad y lo deja sobre el asiento del acompañante. Ahora arranca el motor de su camión. «¡Vamos allá! ¡A por el segundo cliente!»



Fotos: Bubu Dujmic

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