“Empezamos con carros de caballos. Mi abuelo tardaba 30 días en llegar a Sevilla”

Viajes

Transportes Judez, una empresa de leyenda que nació en los años 20

Una flota de diez camiones Actros cruza cada día España de norte a sur y de este a oeste. Lucen el nombre de Transportes Judez, una empresa que lleva un siglo distribuyendo el agua de Jaraba, que ya extraían los romanos por sus propiedades medicinales.

Un viaje al centro de la tierra

Juan Carlos Judez, 41 años, es uno de los nietos del fundador de la saga, José Judez. La sede está en la localidad zaragozana de Ateca. Una fértil región famosa por el agua mineral, los árboles frutales y un vino que les quitan de las manos desde que se sirvió en la cena de gala de los Oscar.

Transportes Judez ha estado siempre asociada al transporte de agua. La aventura empieza cada día con un viaje al centro de la tierra. Literalmente. A 500 metros de profundidad, en las entrañas del valle del río Mesa, brota un agua venerada ya por los romanos y que hoy se comercializa con la marca Fontecabras.

Cuando el abuelo José Judez se inició en el mundo del transporte, el agua mineral solo se vendía en farmacias. Eran los felices años 20. Las familias burguesas veraneaban en el balneario y luego compraban el agua en garrafas para consumirla en sus casas. Alguien tenía que llevarlas hasta sus mansiones en Madrid, Valencia o Barcelona.

Primero fueron los coches de caballos.  “Mi abuelo, José Judez, comenzó a subir a Jaraba en caballería. La bajaba a la estación de ferrocarril de Calatayud. De ahí el agua iba a Madrid o Barcelona. Se vendía en farmacias. La gente pudiente quería seguir bebiendo esta agua en sus casas. Iban en garrafas de cristal de unos 10 litros, lacradas como se hacía antiguamente con el vino: una cera roja y un tapón de corcho”.

Las cosas cambian en los años 50. El agua se embotella de forma industrial y el transporte se mecaniza. Hay que adaptarse. Y José Judez compra un viejo camión alemán que había sido utilizado en la II Guerra Mundial. Era de manivela. Pero empezaba una nueva era.

Dos caballos, pero de verdad: caminos de tierra y piedra

“La empresa de aguas ha cambiado de dueños por lo menos cuatro veces, pero nosotros siempre hemos seguido”, explica Juan Carlos Judez. Del manantial salen a diario una media de 20 camiones. Cada uno transporta 20.000 litros. Más de 400.000 litros fluyen por las carreteras españolas gracias a la flota de Judez.

José Judez tuvo cinco hijos y todos siguieron en el transporte. Ahora son los nietos los que continúan la tradición. Juan Carlos recuerda cómo su padre y sus tíos relataban sus primeros viajes con caballería y el paso al motor. “Eran carros de madera tirados por dos caballos”.

“Aquello no eran carreteras. Eran caminos de tierra y empedrados, llenos de curvas y cuestas. Mi abuelo tardó 30 días en llegar a Sevilla desde Ateca. Se recuerda en la familia como una hazaña. 

Llevaba un cargamento de pólvora de las Reales Fábricas de Pólvora de las minas de Villafeliche”. El cargamento llegó intacto. Si no, nunca hubieran visto a volver a ver a su abuelo.“

Los años 50 y 60 fueron un cambio revolucionario. Se extienden las primeras carreteras asfaltadas y los recorridos se hacen más cómodos y largos. Aun así, en aquella época pasar los Pirineos era como cruzar a otro planeta y descubrir autopistas y zonas de descanso inalcanzables en la España de la época. “Ahora no tenemos nada que envidiar a las carreteras de Francia o Alemania. Incluso allí hay más atascos que en España”, señala Juan Carlos.

Consumo, aerodinámica, comodidad… y belleza



Los diez Actros de Judez son la estrella de la corona en una flota de veinte camiones. Están ilusionados con la llegada de 6 nuevos Actros en junio. Juan Carlos ha ido personalmente a la fábrica de Wörth am Rheim para ver cómo se montan y se someten a exigentes pruebas.

Cada camión hace unos 120.000 kilómetros al año. Antes se rodaba más, pero los tacógrafos han hecho que las rutas sean más cortas, nos dicen en Judez. Las más habituales, Madrid-Zaragoza y Bilbao-Valencia.

“Esto del camión nos viene de pequeños. Será duro, pero estamos acostumbrados. No nos cuesta trabajo. Alguna vez aún cojo algún camión”, explica Juan Carlos. ¿El Actros? “Es el mejor. Nos da mucha comodidad. Mercedes-Benz brilla por la comodidad y el buen material. La calidad y el consumo, diría yo, gracias a sus motores y su aerodinámica” 

No solo los dueños. Se lo dicen los chóferes. “Siempre prefieren el Actros. Ellos por comodidad. Nosotros por el consumo”, dice Juan Carlos guiñando un ojo.

Hay algo que nos sorprende en la conversación. Sabemos que a la hora de elegir un camión se ponderan factores como el precio, el consumo y la fiabilidad. Pero Juan Carlos añade un cuarto elemento. “Es bonito. Un camión bonito. Nosotros lavamos todas las semanas el camión. Van por la carretera con las llantas de aluminio brillantes. Destacan en la carretera, nos lo dice la gente”, subraya.

Este verano nos cruzaremos en la carretera con los nuevos Actros. Si ves el logo de Judez, cédele el paso. Lleva agua bendita.

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