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Turquía es uno de los destinos favoritos de los turistas alemanes. No es de extrañar, puesto que las maravillosas playas, la naturaleza virgen y las animadas metrópolis de Turquía ofrecen todo aquello que el corazón de un turista pudiera desear.

La ciudad más grande de Turquía, Estambul, es la única ciudad del mundo que se encuentra en dos continentes al mismo tiempo. A través del Bósforo, el estrecho que conecta el Mediterráneo con el Mar Negro, Estambul constituye la conexión entre Asia y Europa. Estambul es el centro cultural de Turquía y cuenta con casi 2600 años de agitada historia. En las calles de la ciudad se pueden sentir en todo momento las influencias de múltiples culturas.

Pero, fuera de Estambul, el país también ofrece historia y naturaleza en abundancia. En la actualidad, 17 lugares Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO de tiempos griegos, romanos y otomanos, entre otros, atestiguan la rica historia de Turquía.

Aksaray, a unos 250 km al sur de Ankara, es la puerta de entrada a Capadocia. La ciudad, que en la actualidad cuenta con apenas 200 000 habitantes, solía ser uno de los centros de comercio más importantes de la histórica Ruta de la Seda. Aquí, la planta de montaje de Mercedes-Benz crea el vínculo de unión entre Europa y la cabeza de puente de Oriente Próximo.

La planta de Aksaray fue planificada por Mercedes-Benz en 1984 para la fabricación de camiones y Unimog, así como para el montaje de motores y ejes. La producción en serie de los camiones comenzó en 1986. Con una superficie total de 558 117 metros cuadrados, la planta dispone de una capacidad de producción de 14 500 unidades al año, ocupando una posición de liderazgo en Turquía. Debido a su elevado volumen de exportación a diversos países, esta planta no solo es importante para Aksaray, sino también para la economía turca.