En ruta con Sonja Siewertsen: una norteña y su Actros

Ya desde niña, Sonja siempre ha sentido predilección por los motores, los neumáticos y los tornillos. «La verdad es que siempre estaba en el taller de mi padre». Por tanto, pronto se originó su profesión soñada: quería convertirse en mecánica de vehículos. Sin embargo, no encontró ningún puesto de formación en su ciudad natal, Flensburgo. «Una vez cogieron a un chico en mi lugar, aunque tenía peores notas que yo; otras empresas tuvieron que rechazarme porque no podrían ofrecer las instalaciones sanitarias para mujeres prescritas por la asociación profesional».

Así, comenzó su carrera trabajando en una instalación de lavado para camiones. Se le daba tan bien el traslado de los vehículos que le preguntaban si no le gustaría sentarse al volante con más asiduidad. Sí quería. Sin embargo, dado que Sonja ya tenía trabajo, la agencia de empleo no quería pagar por su capacitación como conductora profesional. Hace cinco años, pagó 10.000 euros de su propio bolsillo. Ha merecido la pena: «Gano mucho más que antes y, por supuesto, me lo paso mejor», afirma esta conductora de 27 años mirando con orgullo hacia su «Luna». Así ha bautizado a su Actros 1843 blanco de tres años de antigüedad, con el que esta norteña recorre rutas para HaGe Logistik.

– Sonja Siewertsen

Norteña de pura cepa.

Dado que la empresa de transportes se especializa en cargamento a granel, Sonja y sus compañeros transportan principalmente cereales, colza, pienso animal y componentes para pienso, así como pellets de madera. Recorre principalmente el norte de Alemania y Dinamarca, por lo que, de vez en cuando, puede pasar la noche en casa de sus padres en Flensburgo, que queda cerca de la autopista. Allí le esperan algunos tesoros: por un lado, son dos turismos, entre ellos un Mercedes ML, «el gordo», y su moto, «Elsa», con cuya mecánica le gusta trastear. Por otro lado, está su pastor suizo, «Sunny» –«el único e inigualable»–, la boa constrictor «Shiva», y otras 19 serpientes, entre ellas, dos pitones reales.

Sin miedo a la noche.

Sonja también es bastante intrépida en ruta. Le gusta pasar la noche en sitios tranquilos. Preferentemente para ella, cerca del agua. Con el tiempo ha ido descubriendo lugares especialmente bonitos junto a lagos y al mar como, por ejemplo, en la isla danesa de Nykøbing Mors. Para dormir se pone audiolibros. Los más recientes son «Hui Buh» y «Los tres investigadores». A veces siente algo de miedo cuando tiene que salir fuera por la noche. Aunque, ya no está completamente sola, ya que tiene un fiable compañero en el asiento del acompañante, «Olli». Este mono de peluche del tamaño de un niño y su chaleco reflectante es un regalo de su madre para que le traiga suerte.

Contratacando con frases audaces.

Con éxito. Su mejor amigo, al que conoció poco después, también se llama Olli. En el trabajo, además de suerte, Sonja necesita paciencia. «Siempre me encuentro hombres asombrados con que una mujer conduzca un camión de 13 metros de longitud». O contraataca con una frase audaz o se piensa una para sus sudaderas personalizadas que también lleva puestas en el trabajo. «Por suerte, mi jefe tiene mucho sentido del humor», se ríe. Da igual lo que algún que otro hombre piense: Para Sonja, conducir un camión, ayudar a cargar y descargar mercancía a granel como pienso animal y ensuciarse de vez en cuando, no es más que lo normal.

Fotos: Claudia Behrend, Sonja Siewertsen, Fotolia/Nmann77