En Menorca con Wilibert Yaringaño y su Atego

Vehículo & Técnica

¡Salud, Menorca!

Wilbert Yaringaño trabaja donde otros pasan sus vacaciones. Con su Atego distribuye bebidas en la isla más oriental de las Baleares.


Apenas son las siete de la mañana pero Wilbert Yaringaño ya lleva puestas sus gafas de sol: Menorca es la parte del territorio español más oriental, la que primero saluda el amanecer, y en verano la luz del sol es intensa desde primera hora. Ya tiene el Atego cargado de refrescos, agua mineral, cerveza y licores, se despide de sus compañeros de almacén en Mahón y se sube al camión rumbo a Ciudadela, a 45 km, dirección poniente.

Cuando llegó de Perú a Menorca hace 18 años le sorprendió el verdor de la isla, el azul turquesa intenso de sus aguas: «Este mar sencillamente me hechizó», dice con una sonrisa. Wilbert trabaja desde hace 14 años para Distribuciones Goñalons S.L. y ya no se imagina su vida si no es encima de un camión, rodeado del Mediterráneo. «Me gusta el trabajo, me fascina la isla y el carácter de su gente», afirma, «esto es un auténtico paraíso».



Wilbert ya se ha acostumbrado a la estacionalidad del trabajo: Menorca ve triplicada su población en verano, que pasa de 90 000 habitantes a 270 000. También el tráfico de las principales vías se ve triplicado, pero Wilbert no se pone nervioso: conoce bien su trabajo y cuenta con la mejor herramienta: un flamante Atego. Observar cómo se desenvuelve por las estrechas calles de Ciudadela es todo un exponente de agilidad y maniobrabilidad. «Tiene un radio de giro fantástico, me permite una gran movilidad y precisión», dice.

La nevera, el volante multifunción y los dispositivos y compartimentos portaobjetos distribuidos de forma económica garantizan una jornada laboral cómoda y segura. Wilbert recorre con el Atego una media de 150 km diarios: «Gracias a Mercedes PowerShift 3, el comportamiento de marcha es seguro y previsible», dice.


Wilbert distribuye cerveza en el centro histórico de Ciudadela —una de las bebidas favoritas de isleños y turistas.


En cada uno de los hoteles, restaurantes y cafeterías en los que distribuye mercancía —que en verano pueden ser hasta 15 diarios— le saludan con efusividad. «Ya son muchos años trabajando con los mismos clientes, tenemos una gran confianza y en algunos casos una gran amistad», explica.

Separado y padre de una hija, aprovecha los domingos para ir a la playa y disfrutar del bien conservado entorno de la isla. Wilbert reside en San Clemente (Mahón), a cinco kilómetros de la sede y almacenes de la empresa. Se considera un afortunado por vivir en territorio declarado Reserva de la Biosfera: «Tiene una riqueza medioambiental increíble», explica. Este profesional practica cuando puede snorkel y no se cansa de alabar la riqueza de los fondos marinos menorquines. «Menorca atrae a un turismo de alto poder adquisitivo, concienciado con el respeto a la naturaleza», dice, «como mi Atego».

Fotografías: Begoña Tremps

Todavía sin comentarios