Transporte de leche: el Antos 2540 L de la central lechera de Berchtesgadener Land
Economía y logística
Martin Kamhuber recoge leche con el Antos 2540 L de las lejanas granjas de montaña para la central lechera de Berchtesgadener, no importa que hiele o nieve.
La redonda luna ilumina el cielo apaciblemente. Poco a poco, la oscuridad se va retirando como un velo de las cumbres de Berchtesgadener Land. La cordillera alpina se dibuja vagamente en el azul de la noche, a continuación las primeras filas de árboles se perfilan oscuras sobre las imponentes canales nevadas. Siete grados bajo cero. Seis y media de la mañana. El aliento de las rumiantes vacas en el establo sale en forma de vaho por sus hocicos. Dos conos de luz entran desde el bosque, que aún está teñido del negro de la noche. Siguen el estrecho sendero que serpentea entre las altas montañas nevadas en ascenso hacia la granja de montaña de Heidi Sulzauer.
El blanco Antos 2540 L llega a la granja. El conductor Martin Kamhuber sale de la cabina de un salto: «¡A la buenas nos de Dios!» Tras una breve charla con la granjera, Kamhuber saca la manguera del vehículo e inclina la tolva de aspiración del hervidor de acero inoxidable en el reposa la leche aún caliente de la mañana. La potente bomba aspira unos 700 litros de leche al minuto, que fluyen a uno de los tres depósitos del Antos, equipado con un sistema de depósito colector de Jansky Optimate y un clasificador de leche de Trema.
«La leche de granja premium se almacena en los dos depósitos mayores de 6500 y 7000 litros de capacidad, y la leche bio en el depósito menor de 3000 litros», explica Kamhuber. El control de los depósitos a los que se bombea la leche se realiza de forma totalmente automática. Esto es posible gracias a un chip identificativo colocado en el tanque o la cubeta de leche, que previamente escanea Kamhuber. Además, durante el proceso de bombeo, el sistema toma una pequeña muestra para poder determinar después la calidad de la leche de cada granja directamente en el laboratorio.
La leche tarda poco en llenar el depósito. Kamhuber se despide y vuelve a su Antos de un salto. Su horario es muy ajustado. El tour de recolecta de leche de Kamhuber para la central lechera de Berchtesgadener Land cubre, en menos de seis horas, 105 granjas repartidas por 120 espectaculares kilómetros de grandiosos paisajes alpinos. Y acompañado de fuertes nevadas a primera hora de la mañana. Lo cierto es que a varios granjeros de montaña se les lleva a puntos de recolecta en la carretera con sus cubetas repletas de leche, pero Kamhuber se desplaza directamente a muchas granjas pequeñas.
«El transporte de leche en los Alpes con sus grandes cantidades de peso, la leche derramándose y las estrechas curvas de grandes pendientes es, probablemente, una de las cargas más duras para un camión», afirma Kamhuber. «Empezamos a las cinco de la mañana. La planificación muestra a las granjas de manera fiable y exacta en qué estación me encuentro. Muchos de ellos tienen una segunda profesión y tienen que ir al trabajo», cuenta este conductor de 34 años.
Horario ajustado con cualquier clima.
Entretanto, el Antos escala la fuerte pendiente de subida que conduce a la ermita de Maria Gern. Kamhuber se entera por la radio de que el ejército ha iniciado maniobras extraordinarias por una fuerte nevada. «Aha», asiente el conductor despreocupado. Kamhuber no necesita horas extra para practicar. «Conducimos todos los días, haga el tiempo que haga. Las vacas deben ser ordeñadas cada día. Con el vehículo adecuado y los neumáticos correctos, no supone ningún problema. En caso de duda, siempre están las cadenas para nieve», afirma Kamhuber.
Para maniobrar con facilidad y para un mayor grado de seguridad en pendientes de bajada por el borde de la calzada, el Antos con dirección a la derecha está equipado con un sistema de escape montado hacia la izquierda. Entonces, ¿por qué la central lechera manda a Kamhuber a hacer una ruta tan laboriosa a una parte de las granjas de 20 litros? «Queremos contar con esa exclusiva calidad que tiene la leche de las granjas de montaña. Y a los granjeros no les merece la pena desplazarse al valle para pequeñas cantidades, así que subimos nosotros», cuenta Kamhuber.
Los vehículos son la «tarjeta de visita» de la central lechera.
Son las 11:22 horas. La ruta de hoy está acabada. En las instalaciones de la central lechera en la A8 en Piding entrega al laboratorio una parte de las muestras de leche en una botella para muestras. Seguidamente se extrae la leche por bombeo para su posterior procesamiento. Hay tiempo para una pequeña charla con Bernhard Pointner. Este hombre de 40 años es director general electo de la fábrica de leche de Berchtesgadener Land, la Chiemgau eG/Molkerei Berchtesgadener Land, fundada hace 90 años.
«Los vehículos modernos que ahorran combustible son un componente fijo de nuestra filosofía de empresa, ideada en pos de la sostenibilidad».
Bernhard Pointner, director general de la sociedad lechera de Berchtesgadener Land en Piding
La central lechera recolecta leche de 1800 granjeros repartidos entre el Zugspitze y el Watzmann y da empleo a más de 400 trabajadores. Comercia leche alpina bio y la categoría premium «leche de granja de montaña» por toda Alemania, especialmente en el Sur de Alemania. En 2016 se vendieron más de 200 millones de productos lácteos. Su facturación: alrededor de 205 millones de euros. Gracias al tema de la sostenibilidad, la central lechera ha encontrado un lucrativo nicho de mercado: «Nuestros clientes están dispuestos a pagar más por su leche, porque saben que a cambio recibirán algo más que únicamente leche», afirma Pointner.
Debido a los altos precios de venta, la central lechera puede permitirse ofrecer a los granjeros uno de los precios más altos para la leche en toda Europa. De este modo, a ellos les compensa conservar su pequeño negocio de leche, cuidar de los pastos, reducir los antibióticos al mínimo imprescindible y renunciar a la tecnología genética ecológica.
Y la flota también ha de ser acorde a este concepto de sostenibilidad: «En el negocio de alimentación fresca, lo más importante es la confianza. Teniendo nuestra propia flota, tenemos el mejor control posible, igual que con la reducción del consumo de combustible gracias a los modernos vehículos de Mercedes-Benz», explica Pointner. «Además, los camiones también son una ventaja competitiva para nosotros. Como central lechera de pequeño tamaño, no podemos permitirnos caros anuncios televisivos. Los camiones deben tener una buena apariencia, así que se lavan tras cada ruta. Los clientes asocian el vehículo al producto».
Fotos: Bernhard Huber
Vídeo: Nikolas
Spirk
Montaje: Alexander Tempel
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4 comentarios
Raum Stuttgart und bin erstaunt daß die Molkerei
einen eigen Fuhrpark betreibt.
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