A José Luís Martínez le gusta su Actros, su moto y el mar

Encuentros RoadStars

Un sentimiento de libertad.

A José Luís Martínez le encantan los paisajes bonitos, tanto en el Actros como en su moto. No es de extrañar que el gallego esté tan ligado a su hogar en el Atlántico.


Las gaviotas, el mar, la brisa fresca y el tranquilo movimiento de los barcos pesqueros: la Ría de Arousa, una bahía del norte de España, ofrece un panorama del que José Luís Martínez no se cansa nunca. También hoy por la tarde, el camionero hace una parada en el camino a casa para disfrutar las vistas desde el puerto de la localidad gallega de Vilaxoán, al norte de Vigo. José Luís se siente unido al mar de una manera especial.

«¿Hay algo más liberador?», pregunta suspirando. E inmediatamente responde; de hecho, sí que hay algo: llegar al puerto subido en su propia moto. José Luís llama cariñosamente a su moto «my baby» y empieza a entusiasmarse: «el viento en la cara y un sentimiento de libertad incomparable... ¡En la moto uno se siente vivo en el aquí y ahora!»

El gallego de nacimiento trabaja desde hace doce años para la empresa de Vigo Transportes Kartin. Con su Actros 1848, carga atunes en Vilagarcía de Arousa y los transporta hasta las fábricas conserveras de la empresa Atunlo, en O Grove y en Santoña.



Con prudencia hasta la meta.

Cuando José Luís conduce hacia O Grove, elige siempre una ruta que discurre paralela a la Ría de Arousa durante algunos kilómetros. «Desde la cabina puedo disfrutar el maravilloso paisaje», nos cuenta. «Muchas veces observo a los pescadores que están en las rocas de la costa cogiendo mejillones entre el oleaje con las manos desnudas».

A pesar de las espectaculares vistas, José Luís conduce siempre muy concentrado. «Me gusta mucho sentarme aquí arriba, en la cabina», dice. «Para mí, conducir de forma segura y previsora es una obligación. Cuando llevas tanto kilos de carga detrás no puedes correr ningún riesgo». José Luís sabe que cada vehículo y cada tipo de vía requieren una forma de conducir diferente.

Cuando sale con su moto le gusta ser un poco más aventurero: cuanto más exigente es el camino, mejor se lo pasa. «Una carretera con curvas es como un mar olas altas», dice José Luís. «Los trayectos difíciles me ofrecen las condiciones perfectas para divertirme».



Excursiones con alto nivel de diversión.

Los fines de semana le gusta hacer largos viajes con sus amigos. «Muchas veces nos vamos a Carballiño, un pueblo precioso situado en medio de un bosque antiquísimo. El trayecto hacia allí es bastante sinuoso», dice guiñando un ojo. Otro días, José opta por algo más relajado y se va con su novia a Sanxenxo. Allí pasean por una de las playas más bonitas de Galicia y se dejan mimar en alguno de los muchos restaurantes.


José Luís carga enérgicamente el atún con las manos.
José Luís carga enérgicamente el atún con las manos.

José Luís tenía 14 años cuando despertó su interés por las motos. Con 16 ya conducía un ciclomotor, y a los 18 se compró su primera moto, una máquina de 600 centímetros cúbicos. Desde entonces, ha probado muchos modelos diferentes.

«También he tenido motocicletas deportivas»», cuenta José Luís. «Pero esas te tientan a conducir cada vez más rápido». Ahora prefiero prestar atención a la señales de tráfico y conduzco bastante despacio». Entonces, el hombre de 37 años no puede evitar reírse: «A lo mejor se refiere a eso mi novia cuando dice que estoy empezando a crecer».


En su recorrido por la pintoresca Ría de Arousa, José Luis contempla el trabajo de los marisqueros.
En su recorrido por la pintoresca Ría de Arousa, José Luis contempla el trabajo de los marisqueros.

«Desde la cabina puedo disfrutar el maravilloso paisaje».

– José Luís Martínez, camionero amante del mar y de su motocicleta



Entretanto. llega al aparcamiento de Transportes Kartin y deja allí el Actros. Después se sube a su moto y pone rumbo a casa. De Vilagarcía de Arousa hasta su casa en el pequeño pueblo de Cambados solo hay 15 kilómetros, así que José Luís vuelve a tomarse el tiempo de observar el juego de las mareas desde el puerto de Vilaxoán con una profunda sensación de tranquilidad.



Fotos y vídeo: Begoña Tremps

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