Félix Laguna disfruta de su tiempo libre pedaleando

Reportage

«Lo mío es ir sobre ruedas.»

Del camión a la bici: Félix Laguna ha encontrado su propia cadencia entre el trabajo y el ciclismo amateur.


«El día que no salgo a entrenar me siento como si me faltase algo», afirma Félix Laguna. Desde que empezase a practicar el ciclismo de forma amateur hace siete años, este profesional se siente en perfecta armonía. «Es un deporte que te proporciona bienestar físico y mental», asegura.



Rutas cortas.

Así, cuando termina su jornada laboral a bordo de un Actros 1845, Félix cambia la comodidad de la cabina por el sillín de su bicicleta de montaña. Lo que más le gusta es recorrer sendas rurales: «No hay como pedalear en plena naturaleza», dice.

Residente en Alhama de Aragón, una población de unos 1.000 habitantes, este profesional camina por las mañanas apenas cinco minutos hasta su puesto de trabajo: su casa está a dos calles de distancia de la sede de Transportes Colas e Hijos, firma para la que trabaja.



Félix lleva 15 años transportando luminarias industriales producidas por Zalux —fabricante de alumbrado interior. Realiza rutas cortas: bien desde la fábrica hasta la planta de montaje (ambas en Alhama de Aragón), bien desde la planta de montaje hasta Plaza (Plataforma Logística de Zaragoza). Así, todas las tardes se asegura de tener un rato para practicar su deporte favorito.



Entrenamiento: cuatro días a la semana.

«Lo mío es ir sobre ruedas», dice con un guiño. Y recuerda que hace ahora siete años, un amigo le propuso acompañarle en una de sus rutas cicloturistas. «Desde entonces soy un incondicional», asegura, «creo que la bici nos conecta con nuestra infancia, nos hace sentir libres».

Félix entrena cuatro días a la semana. «Los días que descanso lo hago casi obligado, porque sé que es bueno dar un respiro a los músculos», explica con una amplia sonrisa.



Activo en club de ciclismo.

Encontrar la cadencia de pedaleo adecuada según el tipo de ruta, y adaptar la alimentación en función del esfuerzo realizado forman parte de la rutina diaria de Félix, al igual que la práctica de un estilo de conducción óptimo con su Actros.

Junto a otros aficionados, Félix forma parte de un pequeño club de ciclistas amateur de Alhama de Aragón. Juntos, participan en algunas de las carreras de la zona. Siempre que pueden acuden a la competición de Ribagorza: 183,5 kilómetros y cinco puertos que suman más de 2 800 metros de desnivel. «Se celebra el último fin de semana de mayo y es divertidísimo», asegura. Los participantes ascienden los puertos de Coll de Fadas, Alto de Bonansa, Castillo de Laguarres, La Canal y Torreciudad. La orografía abrupta no es algo que arredre a Félix: «¡El ambiente es sensacional!», asegura.



Perfectas condiciones de entrenamiento.

Al margen de las competiciones, Félix disfruta descubriendo senderos y paisajes nuevos. En cuanto al cronómetro, insiste en que no le preocupa: «Es un deporte muy personal, te permite establecer tus propias metas».

Buscar zonas de entrenamiento no supone ningún problema: Alhama de Aragón está ubicada en una zona muy montañosa.

La localidad se encuentra en las inmediaciones del río Jalón y está rodeada en tres de sus costados por sendos cerros: La Serratilla (al noroeste), La Muela (noreste) y La Peña Cortada (sur).

«Hay numerosas rutas, a cuál más bonita», dice. Y cita la que lleva al pico de La Muela (936 metros de altura) o a Santa Quiteria (712 metros de altura).



Efecto meditativo.

Durante sus recorridos, Félix confiesa que disfruta más con las subidas que con las bajadas. «Se me dan bastante bien», dice, «me concentro en que la fuerza de la pedalada de ambas piernas tenga la misma intensidad».

Casado y con dos hijos pequeños, está desando que tengan la edad suficiente para compartir con ellos su pasión por el manillar. Pero, ¿qué es exactamente lo que siente Félix al subirse a la bici? «Es una especie de meditación en movimiento», dice, «apenas pongo los pies en los pedales me concentro en el aquí y ahora».



Fotos: Begoña Tremps

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