Miguel Borraz, especialista en hormigón, disfruta conduciendo su Arocs 3536

Economía y logística

Peso ligero para aplicaciones exigentes.

Miguel Borraz ha suministrado hormigón para multitud de infraestructuras. Su Arocs 3536 de carga útil optimizada le garantiza la máxima fiabilidad.


«El hormigón es perecedero, es decir, hay que tratarlo como si estuviera vivo»afirma Miguel Borraz. Este profesional está especializado en el transporte de obra. Con una experiencia de 37 años, sabe que hay que «mimar» la mercancía.

La jornada de Miguel comienza a las 07:00 de la mañana en la planta de hormigón de Hormiperga —empresa conocida localmente como «Los Basilios»— en Pedrola (Zaragoza). Allí carga la cisterna de su Arocs 3536 y procede a suministrar hormigón a aquellas obras que lo requieran en un radio de 40 km a la redonda.

Carreteras, rotondas, centros comerciales, ¡incluso un hotel-castillo! Miguel ha colaborado en la construcción de multitud de infraestructuras y edificios emblemáticos de la zona.



Siempre en contacto con la gente.

Una de las cosas que más le gusta de su trabajo es que combina la conducción con el trato humano.«A lo largo del día me relaciono con mucha gente, eso me gusta, soy un tipo sociable», dice con una sonrisa.

En cuanto al tipo de mercancía, asegura que el hormigón más demandado es el HA25. Miguel suele realizar cuatro o cinco viajes al día. A lo largo de su trayectoria profesional ha probado otras marcas y asegura que «no hay nada como la estrella». Del Arocs 3536 que conduce dice que “tiene fortaleza de sobra, la altura ideal sobre el suelo y un excelente cambio automático”.



Además, gracias a la reducción del peso del chasis y a las llantas de aluminio —entre otros aligeramientos de tara aplicados al vehículo— puede transportar hasta medio metro cúbico más de hormigón. «Y encima tiene una estética increíble», dice, «¡No se puede pedir más!”»


Fotos: Begoña Tremps

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