Trucking Milestones: en 1976, el 2632 despeja de nieve y hielo las carreteras en los Juegos Olímpicos

Serie: Trucking Milestones

¡Despejando nieve a toda máquina!

En el invierno de 1976, los deportistas olímpicos y un sinfín de fans se dan cita en Innsbruck. Mercedes‑Benz destina una flota entera para que nadie patine fuera de la pista de patinaje.


A principios de la década de 1970, la ciudad de Denver en el estado de Colorado se preparaba para la 12.ª edición de los Juegos Olímpicos de Invierno. Hasta que se celebró un referéndum y la población se expresó mayoritariamente en contra del evento. El Comité Olímpico Internacional no tuvo otra elección que convocar la elección de una nueva sede. Se llevó el gato al agua Innsbruck, que había organizado la competición en el año 1964. Los camiones de la estrella ya habían participado en la edición anterior. Motivo más que suficiente para que los organizadores del Tirol declararan de nuevo a Mercedes‑Benz «Servicio quitanieves oficial» en 1976.

En Stuttgart aceptaron el reto de buen grado. Sin duda también con la intención de mostrarle al mundo la capacidad de los Unimogs y los volquetes debidamente equipados. Unos 30 vehículos se pusieron de camino a Innsbruck, entre ellos el 2632 K/6×4 de nueva generación. El camión de tres ejes tenía bajo el capó potencia de sobra para transportar grandes masas de nieve. Pero también fue de la partida el 1719, un camión algo más pequeño.


1,8 millones de metros cuadrados solo en superficie de aparcamiento.

Había un montón de trabajo. La misión principal de la flota era mantener libres de nieve y hielo todas las áreas de aparcamiento y sus carreteras de acceso y todas las superficies de circulación dentro de los centros de competición, además de la Villa Olímpica y el centro de prensa. Solo las áreas de aparcamiento ocupaban 1,8 millones de metros cuadrados.

Además, los vehículos de Mercedes‑Benz esparcían gravilla y sal. Por cierto, también muy importante: el equipo estaba preparado en caso de falta de nieve para transportar nieve artificial a las pistas de saltos y de esquí de fondo. Las altas temperaturas hicieron prever durante mucho tiempo que esto iba a ser necesario. Sin embargo, justo antes de que se iniciaran los Juegos nevó con fuerza sobre Innsbruck y la flota de la estrella pudo concentrarse plenamente en su misión principal. 



Fotos: Daimler

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