Robert Kubica lleva 12 años confiando en el Atego

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Largas conexiones.

Tan solo comparte nombre con el famoso conductor de Fórmula 1: Robert Kubica de Kuźnia Trans en Mikołów apuesta por la calma, la seguridad y por los trayectos largos.

En el trayecto por Katowice, Robert suele pasar por la sede de la Orquesta Sinfónica Nacional de la radio de Polonia.


Robert Kubica, un nombre que se asocia a carreras extremas a altas velocidades. Al contrario que el conductor de Fórmula 1, que se llama igual que él, este Robert Kubica, que trabaja como camionero, prefiere un estilo de conducción más tranquilo. Conduce su Atego 1224 por los terrenos de Kuźnia Trans en Mikołów. Aparca el vehículo con gran precisión allá donde deben rellenarse los depósitos que deben llevarse al cliente hoy.


Todos los niños del país conocen su nombre.
Todos los niños del país conocen su nombre.
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Todos los niños del país conocen su nombre.
Todos los niños del país conocen su nombre.
Todos los niños del país conocen su nombre.
Todos los niños del país conocen su nombre.

La documentación, por favor.

«Mi nombre genera situaciones de lo más divertidas, a veces. Por ejemplo, cuando entro a los terrenos del cliente y le digo mi nombre al portero, suelo tener que enseñar mi documento de identidad», comenta riéndose este conductor de 34 años.

Su famoso tocayo no tiene la culpa de la profesión que ha elegido. «Eso fue, en cierto modo, el destino. Además, llevo más tiempo que Kubica al volante; ya hace más de 12 años», cuenta Robert. «Cuando estudiaba informática, un conocido me convenció para acompañarle como copiloto en una ruta. Me impresionó muchísimo, me saqué el permiso de conducción para camiones y me presenté candidato en Kuźnia Trans. El dueño confiaba en mí, y así sigo conduciendo para él en la actualidad».

Millones de kilómetros en el Atego.

Para Robert, 12 años de trabajo como conductor de largas distancias no solo han sido 12 años de trabajo en una empresa, sino también la historia de un vehículo: un Atego 715, año de fabricación 1999. «Fue el primer vehículo que me dieron en el trabajo; por aquel entonces, contaba unos 600 000 km en el cuentakilómetros. He recorrido un total de unos 1,8 millones de km con él. En la venta, el cuentakilómetros indicaba 2,4 millones de km».


Inseparable.

«No quería separarme de él, por eso, la empresa lo vendió cuando estaba de vacaciones», comenta riéndose Robert Kubica. «Con ese Atego me entendía sin necesidad de palabras. Podía cuidar ese vehículo, sabía lo que necesitaba. Y el vehículo me lo agradecía no dándome problemas en los trayectos. ¡Una calidad excelente!»

Más tiempo para la familia.

El trayecto que emprende hoy Robert no le llevará lejos de su hogar: de Mikołów a Cracovia. Ahora, la mayoría de trayectos de su calendario son dentro del país. «Fue una decisión muy consciente. Antes viajaba mucho a Alemania, pero, hace un par de años, le pedí un cambio a mi jefe: me casé y ahora quiero pasar más tiempo con la familia», nos cuenta. «Este es un tema importante para muchos conductores. En mi opinión, en los próximos años deberían cambiar muchas cosas en este sentido. El tráfico de largas distancias es necesario, pero requiere algo más que un buen salario».


Pausa: Robert descansa con un café y su lectura favorita.
Pausa: Robert descansa con un café y su lectura favorita.
Pausa: Robert descansa con un café y su lectura favorita.
Pausa: Robert descansa con un café y su lectura favorita.

Pausa con un libro y un café.

Es tiempo para una pausa. Robert aparca en un área de servicio, y ahora puede comer algo tranquilamente, tomarse un café, y aún le queda tiempo para su querida lectura. «Lo que me gusta de este trabajo es la variedad, que cada día sea diferente», recalca. «En mi tiempo libre intento cuidar la figura. Mi mujer, Boguslawa, y yo solemos hacer excursiones con la bici; vivimos en una zona bonita. Además, como vivimos tan cerca de mi trabajo, por fin tenemos más tiempo para quedar con nuestros amigos».


Robert lleva 12 años trabajando para la empresa Kuźnia Trans de Mikołów.


De ruta con el Atego y el Actros.

Se acabó la pausa, y vuelta al trabajo. Hoy, Robert conduce un Atego, pero ya ha conducido el nuevo Actros. «Es un vehículo muy cómodo, muy bien pensado desde el punto de vista del conductor. No suele ser el caso», opina Robert. Por ejemplo, el frigorífico: «En el Actros, llego a él sin tener que apartar la vista de la carretera. Parece una tontería, pero es algo muy importante», añade. «Y tiene un montón de compartimentos y una buena solución para la iluminación. Además: tiene compartimentos que se cierran con llave y son accesibles desde el interior. De este modo, no es necesario salir al exterior para coger algo, lo que es genial en invierno. Son cosas del equipamiento que te facilitan mucho la vida cuando estás de viaje».

Por suerte, la ruta de hoy de Robert Kubica no requiere una larga estancia en la cabina: «Simplemente me voy a casa y paso el tiempo con mi familia!»


Fotos: Krzysztof Skłodowski

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