La helada pasa factura: amargas derrotas y manos amigas para los aventureros suizos – Parte 8

Serie: 4-Xtremes

Obstáculos invernales.

En la helada Siberia, los Kammermann se sienten como en una película de las malas, viviendo un inesperado final feliz. Parte 8 de nuestra serie.


Afuera ruge una tormenta de nieve que provoca grandes estruendos en la cabina. Mike tiene que concentrarse mucho al volante porque no puede ver muy bien. Pero, ¡al menos avanzamos! Por la autopista Amur de Siberia, más concretamente en la región rusa de Zabaikalie, viajando hacia el este rodeados por bosques infinitos. Esto supone recuperar el tiempo perdido, pues la parada en el taller de la capital mongola Ulán Bator, de la que hablamos en el último relato, no ha sido la única.

La racha de mala suerte comenzó al salir de Rusia por el río Tuul congelado, cerca de Ulán Bator. Habíamos hecho allí un descanso de tres días y visitamos bajo un sol brillante la gigante estatua ecuestre de Genghis Khan, que se encontraba cerca de allí, entre otras tantas cosas. Después, el Axor no arrancaba, y el porqué estaba claro: se habían agotado las baterías. Más tarde descubrimos que, desde el comienzo del frío, un consumidor estaba extrayendo energía por la noche, y desde entonces utilizamos todas las noches el interruptor de emergencia que nos instaló Leab AG. En situaciones de emergencia, el camión puede arrancar con las baterías de la zona habitable, pero estas también estaban casi vacías debido a los días en que habíamos estado parados.


Los mejores deseos de Navidad y Año Nuevo para todos los RoadStars de parte de Andrea y Mike.


Caminando en busca de ayuda.

Así que salimos a pie en busca de ayuda, a menos 20 grados. Un camión abandonó el intento de ayudarnos: para llegar hasta nuestro vehículo, habría tenido que cruzar el río y se habría quebrado. Nos sentimos aliviados de poder llegar a una yurta que tenía aparcados frente a ella una furgoneta y un turismo: vehículos ligeros y suficiente potencia para la batería, según nuestros cálculos.

Primero, los hombres de la yurta nos ofrecieron té de hierbas. Después llegó el momento de empujar la furgoneta, que no era tan ligera debida al yak muerto que tenía en la caja de carga. Cuando llegamos al Axor, conectamos los vehículos a las baterías y, mientras, preparamos té para nuestros ayudantes. Pero, incluso tras media hora de carga, el camión seguía sin arrancar.


Entre maravillas naturales y análisis de averías: en Mongolia, los Kammermann vivieron, además de momentos fascinantes, algún que otro contratiempo.
Entre maravillas naturales y análisis de averías: en Mongolia, los Kammermann vivieron, además de momentos fascinantes, algún que otro contratiempo.
Visitando a Genghis Khan: la enorme estatua inaugurada en 2008 se ubica en el lugar en el que el legendario emperador mongol habría encontrado en su día un látigo dorado.
Visitando a Genghis Khan: la enorme estatua inaugurada en 2008 se ubica en el lugar en el que el legendario emperador mongol habría encontrado en su día un látigo dorado.
Entre maravillas naturales y análisis de averías: en Mongolia, los Kammermann vivieron, además de momentos fascinantes, algún que otro contratiempo.
Entre maravillas naturales y análisis de averías: en Mongolia, los Kammermann vivieron, además de momentos fascinantes, algún que otro contratiempo.
Entre maravillas naturales y análisis de averías: en Mongolia, los Kammermann vivieron, además de momentos fascinantes, algún que otro contratiempo.
Entre maravillas naturales y análisis de averías: en Mongolia, los Kammermann vivieron, además de momentos fascinantes, algún que otro contratiempo.
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Entre maravillas naturales y análisis de averías: en Mongolia, los Kammermann vivieron, además de momentos fascinantes, algún que otro contratiempo.
Entre maravillas naturales y análisis de averías: en Mongolia, los Kammermann vivieron, además de momentos fascinantes, algún que otro contratiempo.
Entre maravillas naturales y análisis de averías: en Mongolia, los Kammermann vivieron, además de momentos fascinantes, algún que otro contratiempo.
Entre maravillas naturales y análisis de averías: en Mongolia, los Kammermann vivieron, además de momentos fascinantes, algún que otro contratiempo.
Entre maravillas naturales y análisis de averías: en Mongolia, los Kammermann vivieron, además de momentos fascinantes, algún que otro contratiempo.

Ventilador de gasolina bajo el cárter de aceite.

Al final, pudimos hablar por teléfono con el dueño de un taller que sabía hablar inglés y que iba a hacer lo necesario para que alguien viniera a ayudarnos (era domingo por la tarde). Y, efectivamente, después de dos horas recibimos una llamada: nuestra ayuda estaba cerca. Así que nos dirigimos hacia la carretera principal para mostrarles el camino. Otra caminata, esta vez en la oscuridad y con temperaturas todavía más gélidas.

Los hombres colocaron un ventilador de gasolina y un quemador de gas debajo de nuestro cárter de aceite. Las baterías del Axor se conectaron al turismo y a una batería adicional. Volvimos a esperar media hora a que el termómetro del líquido refrigerante indicara un grado. Al primer intento, el camión arrancó. La noche siguiente fue la primera en la que dejamos el motor en marcha. Queríamos asegurarnos de que las baterías se recargaban por completo.


Nube de vapor frente a la ventanilla.

¡Vía libre hacia Rusia! O eso pensamos. La mañana antes de cruzar la frontera, Mike conectó la calefacción independiente para precalentar el motor (lo habíamos apagado ya que estábamos «solo» a menos 20 grados) y una nube de vapor apareció delante de la ventanilla. Mike apagó la calefacción independiente e intentó arrancar el motor. Cuando por fin arrancó, nos dimos cuenta de que ¡se estaba saliendo el líquido refrigerante!

A la velocidad del rayo, coloqué tres cazuelas debajo de la fuga, una al lado de la otra. Mike inclinó la cabina, creando un by-pass provisional. Con cuidado, volví a verter el líquido refrigerante dentro del sistema. Por suerte, el motor arrancaba y el líquido ya no se salía. Suficientes emociones antes del primer café...



Sensación hollywoodiense en Siberia…

...y una difícil decisión: ¡de vuelta a Ulán Bator, a «nuestro» taller! La fuga se había producido en la calefacción independiente y queríamos asegurarnos de que no volviera a ocurrir, pero el personal del taller no tenía los repuestos necesarios. Nos dijeron que en Rusia sería más fácil, así que nos volvimos a poner en camino.

De alguna manera, todavía había hueco en esta odisea para que el cruce de la frontera durara la friolera de siete horas. Ya se había hecho de noche cuando nos hicimos con todos los sellos y documentos y la funcionaria nos dijo en su escaso inglés: «Now you go to Russia». Nos sentimos como en una película.

La ayuda de un experto en camiones suizo.

Poco después, incluso tuvimos una especie de final feliz: a través de Facebook conocimos a Lukas, un suizo. Él vive en Ulán Udé, la primera cuidad grande después de la frontera rusa, y nos ofreció viajar en su camión de expedición. El día anterior nos había escrito por e-mail para invitarnos. Cuando fuimos a cenar, apenas podíamos creernos la suerte que tuvimos: Lukas había trabajado durante años como mecánico de camiones y con vehículos Mercedes.

Desde el principio, lo teníamos claro: teniendo en cuenta las elevadas exigencias, era inevitable sufrir algún que otro daño en el vehículo. Ahora, gracias a Lukas habíamos descubierto que al camión le costaba tanto arrancar con el frío por un defecto en la bujía de precalentamiento. No obstante, tras una búsqueda, nuestro ayudante logró conseguir el repuesto.

Sin calefacción independiente por la nevera siberiana.

La fuga en la calefacción independiente se produjo porque su cámara de combustión se había fundido. Un descubrimiento que, sin embargo, no era de mucha ayuda: habríamos tenido que importar el recambio desde Alemania, y habría tardado demasiado. Así que, decidimos continuar sin calefacción independiente, y nos despedimos de Lukas con el propósito de volver a vernos en el viaje de vuelta.


Una afortunada coincidencia y buenas carreteras: Lukas, el suizo residente en Siberia, conoce a la perfección los camiones de Mercedes. Tras algunos trabajos de mantenimiento, los dos aventureros salieron de nuevo adelante.
Una afortunada coincidencia y buenas carreteras: Lukas, el suizo residente en Siberia, conoce a la perfección los camiones de Mercedes. Tras algunos trabajos de mantenimiento, los dos aventureros salieron de nuevo adelante.
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Una afortunada coincidencia y buenas carreteras: Lukas, el suizo residente en Siberia, conoce a la perfección los camiones de Mercedes. Tras algunos trabajos de mantenimiento, los dos aventureros salieron de nuevo adelante.

Durante los 600 kilómetros hasta la ciudad de Chitá, el frío siguió pasando factura. Una vez, se nos congeló la tubería de desagüe y se atascó la lavadora. La solución: un pequeño calentador de aire que colocábamos por la noche para descongelar la tubería del espacio guardaobjetos. Los depósitos de AdBlue y de agua de lavado también se congelaron. Mike pudo descongelar este último con el secador de pelo y lo lleno de líquido limpiaparabrisas, que está pensado para aguantar menos 45 grados.

Nubes de nieve y paseos.

Después, otros 2600 kilómetros hasta Oimiakón, lugares extremos y el punto más oriental de nuestro viaje. Unos 1000 kilómetros antes, en Yakutsk, llevamos nuestro camión a un taller del fabricante Kamaz (del que Daimler tiene acciones) para que lo revisaran. Las carreteras están en buen estado y, por lo general, secas, pues aquí se retira la nieve en lugar de esparcir sal. Nuestros neumáticos de invierno Goodyear nos proporcionan una buena adherencia incluso en carreteras cubiertas de nieve.

Cuando pasan camiones grandes en sentido contrario, levantan grandes nubes de nieve y Mike tiene que conducir a ciegas durante un momento. Pero, pese a todas las dificultades, estamos disfrutando el viaje a través del invierno. Poco antes de llegar a Ulán Udé, visitamos el tranquilo Ivolginsky Datsan, un gran templo budista a la vez que universidad. De vez en cuando, nos tomamos un poco de tiempo para salir a pasear por la nieve a 20 grados bajo cero. Para esta noche han anunciado menos 37º. Como precaución, dejaremos el motor encendido.


La novena parte de la serie RoadStars saldrá el 28 de enero. ¡Seguid al tanto!




Fotos: 4-Xtremes

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